Page 18 - La Vida en el Sagrado Corazón
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SALIO EL SEMBRADOR
“Un hotnbre salio a sembrar su simienfe", nos dice una de las parabolas con que Jesus motizo sus sabias ensenanzas. Cada una cayo en lugares distintos y se centuplico segun el terreno en que hubo caido; tierra fertll, generosa: fruto de pulpa sabrosa; tierra arida, pedregosa: fruto enfermizo y anemico, muerto, a veces, ol nacer.
A lla ..., en un rinconcilt) de la vieja Francia, en Joigny, — como al descuido caida— prendio una semilla con toda la fuerza de vida que da una madre tierfa joven y virgen, fecunda un sol abra- sador y refresca una lluvia tenue y constante. Crece. . se m ultiplica..., se esparce. . . No tiene fronteras. Puebla el mundo: Nacen los Colegios del Sagrado Corazon. Recoge amorosamente su co- secha el Divino Sembrador. La cubre con su manto. La protege con sus brazos entreabiertos. La ben- dice con sus labios sonrientes.. .
M as. . ., cada una de esas hijas de su Corazon, El las vuelve jardineras encargadas de prodigar sus mas tiernos cuidados a las florecillas que se han ogrupado junto a Ellas. Han de atenderlas con esmero; regarlas con el agua fresco y limpida de sus prudentes consejos; arrancar — ounque las manos les sangren— las zarzas que amenacen ahogarlas; y, fortificorlas con la luz resplandeciente del Di vino Amor.
Esas promesas en flor — llegado el dia— se convertiran en fruto maduro. iTodas? |No! Ven- cidos por su propia debilidad, algunas — pese a los desvelos de las pacientes jardineras— volaran es- parcidas por el viento marchitas y deshechas. Pero, las mas, erguidas ante el vendaval de las pasio- nes, resistiran a el nutridas por la savia generosa de su raiz primera, se transformaran en arbol frondoso, de cuyos gajos penden indelebles principios: La Santo Fundadora, Madre. . . Amiga. . . Orientodora. . .
Ella senala el camino del deber, del sacrificio, del renunciamiento por la caridad. Ella seriala tambien la meta de ese sendero: El Corazon Amantisimo del Jardinero Divino, Quien no se deja ganar en ge- nerosidad, y paga con la moneda infinita de la eterna felicidad. Muy dentro de El ansian guardar su cosecha — el dia de la recolecci6n— aquellas que han sembrado con fe, confiodo con generosidad, amado con desprendimiento los capullos regados con la sangre de Cristo, que, en una cruz prendldo, se elevo en el Golgota para fructificar la Tierra y llenar los graneros celestiales.
Un Giglo de Esistencia...