Page 17 - Edicion 796 El Directorio
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 que existe una relación entre el periodo de varia- bilidad y brillo de las es- trellas.
“Las estrellas variables más brillantes tienen los periodos de luminosidad más largos”, esa aparen- temente simple conclu- sión cambió la forma en la que entendemos el Universo. Fue la base de las investigaciones de Ed- ward Shappley para de- terminar el tamaño de la Vía Láctea o el trabajo de Edwin Hubble para postu- lar la teoría del Big Bang.
Según los estudios de Henrietta, las cefeidas que presentaban el mismo período de pulsa- ción (que tardaban, por ejemplo, una semana en cumplir el ciclo de ir desde su punto de má- ximo brillo al menor) te- nían la misma luminosidad.
Además, asumió que las cefeidas de la Nube Pe- queña de Magallanes es- taban a la misma distancia de la Tierra y que el periodo en el que tardaban en ir del máximo brillo al menor, estaba di- rectamente relacionado con la magnitud de cada una de ellas y no con la posición en la que se en- contraban.
Esa relación, conocida actualmente como Ley de Leavitt, es fundamental
para identificar el brillo in- trínseco de una cefeida lo que permite establecer su distancia al compararla con su brillo aparente.
El trabajo de Henrietta es, en palabras simples, la base que permitió a los astrónomos medir las dis- tancias en las que se en- cuentran otras estrellas y galaxias del Universo: La base que nos permite en- tender el Universo.
Y en ese artículo de tres hojas que cambió la forma en cómo entende- mos el Universo, no figura su nombre. Porque no fue ella quien firmó el artí- culo, sino que Edward Pickering, director del Harvard College Observa- tory.
Todas las cosas que des- cubrió Henrietta estuvie- ron firmadas por Pickering, como si las in- vestigaciones fuesen de él (quien también la obligó a dejar de lado su estudio de la Nubes Pe- queña de Magallanes).
Henrietta Swan Leavitt nació el 4 de julio de 1868 en Lancaster, Massachu- setts, Estados Unidos. Hija de un ministro de la Iglesia Congregaconal, Henrietta se educó ale- jada de la religión op- tando por la ciencia, estudiando en la Universi- dad de Oberlin y después en la de Radcliffe, donde comenzó a desarrollar su pasión por la astronomía.
Una vez terminado sus estudios decidió presen- tarse como voluntaria para trabajar en el Har- vard College Observatory, donde comenzó como be- caria para obtener crédi- tos y así optar por un posgrado en astronomía.
Mundo
sos que le brindó a ella y sus compañeras el nom- bre de “calculadoras”. La- mentablemente, eran más conocidas como “el harem de Pickering” - quien las contrató para dicha labor solo para poder pagarles menos-.
Henrietta trabajo en el ob- servatorio hasta el último de sus días y nunca ob- tuvo el reconocimiento que se merecía. El mate- mático Gösta Mittag-Lef- fler fue uno de los primeros en alabar su tra- bajo públicamente y pro- ponerla para el máximo reconocimiento al que un científico puede optar: el Premio Nobel.
Lamentablemente, la can- didatura llegó demasiado tarde: Henrietta llevaba cuatro años muerta cuando alguien quiso re- conocer su trabajo.
  Edición 796 Del del 08 al 14 de noviembre del 2018
nucioso y tedio- Vea este catálogo en: www.catalogcanada.com El Directorio Comercial Latino de Montreal 17
Siete años más tarde ter- minaría liderando un equipo de mujeres que se dedicaban a contar estre- llas, identificar su tamaño, inferior su brillo y compa- rarlo con registros pasa- dos, todos datos provenientes de pla-
 cas fotográficas ob- tenidas por investigadores de Harvard y Arequipa (Perú).
Una enfermedad su- frida en su juventud le había provocado sordera, por lo cual Henrietta se dedi- caba con pasión a un trabajo manual, mi-
   














































































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