Page 5 - Edicion 764 El DIrectorio
P. 5

que un hombre que ha demos- trado con su testimonio de vida cómo el espíritu supera y tras- ciende la materia, que al mismo tiempo, elija negar la existencia de todo ámbito espiritual. Sin embargo, somos libres y ¡viva esa libertad!
William Carrol, profesor de la Facultad de Teología de la Uni- versidad de Oxford, escribió el 2010 un artículo acerca de su connotado compatriota. Dicho artículo, llamado “La confusión de Stephen Hawking” fue publi- cado por la revista Humanitas en nuestro país. En éste, se re- fiere a la afirmación del libro The Grand Design (“El Gran Di- seño”) – que en ese momento, había sido recién publicado – acerca de que el motivo por el cual algo existe es la creación espontánea y no la nada, por lo que, no es necesario invocar a Dios para poner el Universo en marcha. Carrol planteaba que muchos cosmólogos piensan, que si se descarta la ocurrencia de un hito como el Big Bang, se elimina la necesidad de un crea- dor. Niegan la necesidad de un dios, porque consideran que “ser creado” implica un co- mienzo temporal. Ello implica, que los científicos a favor de la teoría del Big Bang, serían más proclives a aceptar el diseño de una mente inteligente al co- mienzo de todo, mientras quie- nes lo niegan, descartan la existencia de este dios. Porque el Universo, como lo concibe
Hawking, es autónomo, no tiene límites, ni comienzo ni fin, sim- plemente “es”.
William Carrol refuta esa tesis, desde la metafísica, estable- ciendo importantes distinciones. El mundo tangible, de las cien- cias naturales, desde las partí- culas atómicas hasta las galaxias, está en permanente cambio. Como sabemos, la ma- teria, no aparece ni desaparece, sino que se transforma. Ya sea estos cambios sean biológicos o cosmológicos, sin principio ni fin, siempre constituyen proce- sos. Esto la ciencia lo ha de- mostrado fehacientemente. La Creación, en cambio, desde el punto de vista metafísico, no es un cambio, sino que es la causa radical de la existencia de todo cuanto existe. Es decir, nada uti- lizó Dios para crear el Universo. La Creación, no implica poner el Universo en marcha, en pala- bras de Hawking. “La creación no es principalmente un hecho distante (un big bang), sino más bien, la totalidad en curso de lo que causa la existencia de todo cuanto es. En este mismo ins- tante, si Dios no estuviera cau- sando la existencia de todo lo que es, absolutamente nada sería. Es decir, la Creación co- rresponde al origen del Uni- verso, no a su comienzo temporal. Ciertamente, es im- portante reconocer la distinción entre origen y comienzo.”... El mundo interconectado y – por así decir – horizontal de las
Y es sólo este infinito Universo en marcha, en cambio y trans- formación constante, el que puede ser objeto de estudio de la cosmología, la física, la biolo- gía evolutiva y otras ciencias exactas. Se han logrado encon- trar las leyes y ecuaciones que explican el asombroso orden que encontramos tanto en un átomo como en un sistema solar. Las condiciones precisas en que es posible la vida, las que, si cambiaran un ápice, la extinguirían. Estas ciencias, no abordan las interrogantes meta- físicas de la Creación (lo por qué y para qué), no dicen por qué existe algo, en lugar de la nada. Pero para Carrol, así como es un error negar la Crea- ción desde la cosmología, tam- bién es un error recurrir a la cosmología para confirmar la Creación. Encontramos científi- cos que ven en la estructura y orden del Universo el indicio de la existencia de Dios -postura teísta- y existen aquellos que consideran que el universo se creó a sí mismo -postura atea-. Pero la ciencia no entrega, en definitiva, prueba irrefutable de la existencia o no de una inteli- gencia creadora.
“Como físico me fijo en la natu- raleza de una manera particular. Veo un Universo ordenado y hermoso, en el que casi todos los fenómenos físicos se pue- den entender a partir de simples ecuaciones. Veo un Universo en el que si se hubiera construido algo diferente, nunca habría
Ciencia
dado luz a las estrellas, o los planetas y mucho menos a las bacterias y a los seres huma- nos. Y no hay ninguna buena razón científica de porqué el Universo no fue diferente. Mu- chos científicos a partir de estas observaciones, han llegado a la conclusión de que es más pro- bable que un Dios inteligente haya creado un Universo de tanta belleza, simplicidad y con las propiedades para generar vida. Muchos otros científicos, igualmente buenos, son ateos. Ambas conclusiones son postu- ras desde la fe, no la ciencia.” (William D. Philips, Premio Nóbel de Física 1997).
Imposible es comprobar la exis- tencia de Dios. Sin embargo, los cristianos, tenemos una ventana a través de la cual podemos acercarnos a este misterio. Je- sucristo, de cuya existencia te- nemos pruebas históricas y hasta científicas, dijo que quien lo ha visto a Él ha visto al Padre. Contemplar Su vida, escuchar Sus palabras, aprender de Sus enseñanzas y sus gestos miseri- cordiosos, consternarnos con Su pasión, muerte y resurrec- ción en esta Semana Santa, nos da un indicio de que si existe un Dios, es el AMOR el que está detrás de todo cuanto existe.
cosas que cambian, no debería confun- dirse con la di- mensión vertical
Edición 764 Del 29 de marzo al 4 de abril del 2018
El Directorio Comercial Latino de Montreal 5
de la Creación, de la cual la existen- cia misma de lo horizontal sigue dependiendo. Tanto el orden como el diseño, el azar como la con- tingencia son pro- pios del reino horizontal, mien- tras que la reali- dad misma de todas las cosas, depende del eje vertical.” (William Carrol)


































































































   3   4   5   6   7