Page 11 - Edicion 744 El Directorio Comercial
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Contradicciones intolerables
La autora denuncia el apoyo que el PNV está brindando al proceso soberanista cata- lán y la incoherencia que eso supone con la ima- gen dulcificada que el par- tido quiere dar
tar recordar una de las céle- bres frases del autor ruso: «Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable». No pude evitar recordar el argu- mento porque, con la reali- dad vasca como telón de fondo, el secesionismo cata- lán ha avivado peligrosos comportamientos en deter- minados agentes políticos vascos, comportamientos fundamentados en tremen- das contradicciones y en la promoción selectiva de dis- cursos incendiarios que amenazan la estabilidad de Euskadi.El independentismo catalán y el procés han lo- grado dar alas al sector más radical del PNV y llevar a la formación nacionalista a un terreno movedizo plagado de incoherencias interesa- das; incoherencias materiali- zadas en un apoyo a la ilegalidad catalana adere- zado con declaraciones ins- titucionales que dulcifiquen la imagen del partido. Nada más lejos de la realidad.Preocupa, y mucho, que en plena crisis catalana el PNV, con responsabilida- des de gobierno, esté regis- trando en los ayuntamientos vascos un texto que aboga por «respetar y acompañar» la declaración unilateral de
independencia del 27 de oc- tubre, así como de acusar a quienes defienden la aplica- ción del 155 de «amputar la representación institucional de Catalunya». Estas mo- ciones se suman al apoyo público que el PNV, con sus tres diputados generales y alcaldes de las capitales vascas a la cabeza, brindó a la manifestación convocada en Bilbao por el hermano pequeño de la Asamblea Nacional Catalana en Eus- kadi, Gure Esku Dago. Tam- bién al voto a favor del lehendakari Iñigo Urkullu en el Parlamento vasco a favor de la celebración del refe- réndum ilegal de Carles Puigdemont. Que el PNV y el Ejecutivo autonómico tra- ten de blanquear su deriva independentista con apela- ciones a la celebración de un referéndum legal es peli- groso en la medida en que el nacionalismo vasco relati- viza la legalidad, pero más peligroso es que desde el constitucionalismo no sa- quemos a la luz a tiempo los peligros nacidos de un plan- teamiento engañoso y falsa- rio. Mientras el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, trataba de internacionalizar su na- rrativa en Bruselas a finales de octubre, el lehendakari Iñigo Urkullu internacionali- zaba la incertidumbre con un viaje institucional del Go- bierno vasco a Quebec. Allí se desplazó en plena crisis catalana para vender como «ejemplo» y «modelo» para Euskadi el proceso sobera- nista quebequés y los refe- réndums de independencia celebrados en 1980 y en 1995 por la región francó-
fona. Pero, de nuevo, el PNV ocultó a los vascos la verdadera cara de lo que, a juicio del lehendakari, debe- ría ser un espejo.Con menos de un 17% de vas- cos que hoy abogan por la independencia, el lehenda- kari propone seguir la estela de Quebec, una región que vio a 700 empresas abando- nar la región para relocali- zarse durante los mandatos del Partido Quebequés (1976-1985 y 1994-2003), que sufrió la fuga de cuatro sedes de entidades banca- rias tras el referéndum de 1980 y la huida en masa de 37 de las 131 grandes cor- poraciones emplazadas en Quebec tras la consulta de 1995. Urkullu, en síntesis, pide copiar referéndums que acabaron con una sociedad dividida en dos y cuya po- blación descendió en 600.000 personas durante los procesos soberanistas. Pide reeditar un proceso que derivó en revueltas so- ciales, enfrentamientos con la policía, heridos y deten- ciones. El Gobierno vasco defiende hoy el respeto a la legalidad, sí, pero siempre y cuando esa legalidad no se convierta en un muro contra lo que el propio Urkullu de- fine como «aspiraciones le- gítimas» de un «pueblo» que exige decidir «sobre su estatus de soberanía». Tiene razón Vargas Llosa cuando habla de Cataluña, pero más razón tenía Tolstoi cuando, sin quererlo, ha- blaba del PNV.
Amaya Fernández es la se- cretaria general del PP del País Vasco.
El pasado mes de octubre, en plena crisis secesionista impulsada por el indepen- dentismo catalán, el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa recibía el premio Yás- naya Poliana en el teatro Bolshói de Moscú. Allí, ante un auditorio repleto, se acordó del novelista ruso León Tolstoi, al que elogió por haber estado «profunda- mente implicado en los asuntos de su tiempo» y del que dijo haber experimen- tado «una gran influencia». Tras la ceremonia, ya ante la prensa, Vargas Llosa habló de independentismo: «El movimiento de los ban- cos y de las empresas hu- yendo de Cataluña ante la inseguridad tremenda que ha creado esta amenaza de independencia ha servido para comprender la enormi- dad del intento que podría destruir enteramente a Ca- taluña». Cuando leí cómo Vargas Llosa hacía referen- cia a la fuga de empresas en Cataluña tras elogiar la figura de Tolstoi no pude evi-
Edición 744 Del 9 al 16 de Noviembre del 2017
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