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Debería haber ido como mante- quilla en la sartén.
Todos estaban a favor de la creación de un tribunal especiali- zado en violencia sexual y do- méstica. Los jueces. Fiscales. Los elegidos. Los policías. Tra- bajadores sociales. Los cientos, miles de personas que han pe-
"Se hará, este tribunal"
mite que un ministro nombre a un juez, indirectamente in- fluye en la toma de decisio- nes. "
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En comisión parlamentaria, el ministro Jolin-Barrette se defen- dió de querer asignar jueces. Este no es el propósito del pro- yecto de ley, dijo. “Con el debido respeto, también hay algunos abogados conmigo, así que tuvi- mos cuidado de no [infringir] la independencia judicial. "
Pero según Me Corte, elegir el tipo de enjuiciamiento y el distrito judicial equivale a asignar jueces "por la fuerza de las circunstan- cias". Abre la puerta a las dispu- tas.
Y eso es lo último que quieres.
"Debemos evitar irritaciones, ser flexibles para asegurar el esta- blecimiento del tribunal", suplicó la Sra. Desrosiers a la ministra Jolin-Barrette.
Evitar irritantes significa poner agua en su vino. Cree este tribu- nal, pero deje que la Corte lo despliegue en toda la provincia. De cualquier manera, tendrá la obligación, por ley, de asegurar su implementación.
La súplica de Me Corte y la Sra. Desrosiers fue convincente. Esta vez, el ministro Jolin-Barrette no parece haber visto ninguna re- sistencia al cambio. "Puedo oírte bien", les dijo. Tomo nota de tus comentarios, lo pensaré todo. "
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"Mi más sincero deseo es poder unir a todos los actores de la jus- ticia para que se envíe una señal positiva a todas las víctimas", aseguró la ministra.
Evidentemente, podría haber co- menzado invitando al juez Ron- deau a una comisión parlamentaria. No lo hizo. No consideró oportuno consultar al poder judicial sobre el contenido de su proyecto de ley. Dado que su nombre no estaba en la lista
de invitados, decidió enviar un informe de 16 páginas a los fun- cionarios electos.
En cuanto a "federar a todos los actores de la justicia", las cosas empiezan bastante mal ...
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Este enfrentamiento en las altas esferas es el último y más signifi- cativo de los irritantes. Quien sea más probable que descarrile todo el proceso.
Entre el despacho del ministro, frustrado por las salidas del juez Rondeau, y el poder judicial, in- dispuesto por el proyecto de ley, se cortan los puentes. Nada va bien.
Habrá que pasar página, sin em- bargo dice Me Corte. Aún queda mucho trabajo por hacer, comen- zando por encontrar una manera de coordinar los esfuerzos de los ministerios, fiscales, policías, te- rapeutas, agencias de apoyo... Todo esto no se encuentra en ninguna parte del Proyecto de Ley 92, definitivamente muy per- fectible.
“Lo que se desprende de nuestro informe es que tenemos que ha- blar entre nosotros”, me dijo Corte. Debemos dejar de traba- jar de forma aislada, no fun- ciona. Lo que funciona es cuando nos juntamos, cuando creamos vínculos, cuando crea- mos alianzas. "
Por el momento, parece que es- tamos lejos de todo. Pero el ex presidente del Tribunal Supremo está convencido de una cosa: “Este tribunal se hará. "
“Todo el mundo lo quiere. La Corte lo quiere; ella está lista para llevar el archivo. En algún momento hay que preguntarse: ¿qué es lo más importante para mí? ¿Es para tener razón en esto o aquello, o para asegurar que las víctimas reciban un mejor apoyo? "
Fuente: extracto traducción y analisis de la noticia la redac- ción de El Directorio
coautora de Rebuilding Confi- dence, el informe que convirtió la creación del tribunal especiali- zado en una recomendación em- blemática, no lo vio venir.
Hay que decir que Me Corte tampoco veía venir la factura. No fue una de las 190 recomenda- ciones de Rebuilding Confi-
dence. Me Corte no se opone a esto, ya que una ley tendrá el mérito de asegurar la sostenibilidad del futuro tri- bunal espe- cializado.
dido y apoyado el proyecto a lo largo de los años.
Todos querían volver a poner a las víctimas en el centro de las preocupaciones. Apóyelos mejor, apóyelos mejor. Y lo más impor- tante, restaurar su confianza en el sistema judicial.
Nadie había visto que se aveci- nara una colisión frontal entre el poder ejecutivo y el poder judi- cial.
Y sin embargo, aquí estamos.
El enfrentamiento entre la Presi- denta del Tribunal de Justicia de Quebec, Lucie Rondeau, y el Mi- nistro de Justicia, Simon Jolin- Barrette, va más allá de un simple conflicto de personalida- des. El juez Rondeau ha expre- sado serias reservas sobre el proyecto de ley 92, que creará el tribunal especializado. El minis- tro Jolin-Barrette respondió con firmeza prometiendo luchar con- tra la "resistencia al cambio".
Incluso Élizabeth Corte, ex presi- dente de la Corte de Quebec y
Dicho esto, la ex presidente del Tribunal Supremo
18 El Directorio Comercial Latino de Montreal
comparte muchas de las reser- vas de su sucesor. En comisión parlamentaria el martes propuso al ministro Jolin-Barrette modifi- car su proyecto de ley para pre- servar la independencia institucional de la Corte.
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En su forma actual, el proyecto de ley permite al gobierno inter- ferir en los asuntos de la corte. Tiene la intención de determinar los tipos de procesos que co- noce el tribunal especializado. También corresponderá al Minis- tro de Justicia elegir en qué dis- tritos judiciales se sentará el tribunal.
No es necesario y es irritante. Nos acercamos peligrosamente a un nudo evitable.
Puede parecer un detalle, pero debemos recordar que la sepa- ración de poderes es un principio fundamental en la democracia, dice Julie Desrosiers, profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Laval y coau- tora de Rebâtir la trust. “Si per-
Edición 948 - Del 28 de Octubre al 3 de noviembre del 2021