Page 7 - Edicion 728 El Directorio Latino
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Lic. Leticia Moguel Díaz
CONVIVENCIA SÍ, COMPETENCIA NO
Lecciones de vida
Primer@ en la fila, primer@ en lle- gar, primer@ en tener, primer@ en subir, primer@ en bajar, primer@
Hay quienes defienden que las competencias entre los estudiantes
fuerzan o más se han preparado. También siempre ha habido com-
si es ese mismo deseo el que le ha permitido a la humanidad avanzar en la ruta del progreso y de la civi- lización. Y si es así, difícil e injusto modo de avanzar. Pisoteando a mu- chos, para que unos pocos desta- quen. ¡No!, prefiero quedarme con la creencia de que, si bien la huma- nidad ha avanzado en todas las áreas del conocimiento, millones de personas bien podrían haber te- nido una mejor condición en la vida, de no haber sido por la ambi- ción de unos cuantos. “El sol nace para todos”, reza una conocida frase. Sin embargo, no a todos se nos permitirá crecer, avanzar. Pare- ciera que la vida “fue diseñada” así como la vivimos: injusta para mu- chos, difícil para la mayoría, inso- portable para millones, fácil sólo para unos cuantos.
También me pregunto si habrá es- peranza de cambio. Si llegará el día en que todos tengamos lo mismo, seamos lo mismo, suframos lo mismo y gocemos lo mismo. Si algún día habrá convivencia en vez de competencia entre los seres hu- manos. Y me respondo que no. Que nunca habrá igualdad, que nunca habrá paz, que nunca habrá verdadera hermandad entre los seres humanos. Decía Nietzsche: “El hombre es el lobo del hombre”. ¡Triste verdad!
Y después de responderme así, me doy cuenta de que, lo que tengo que hacer, es vivir y dejar vivir; res- petar si quiero ser respetada; amar si quiero ser amada; “dar hasta que duela”, como decía la Madre Te- resa; y seguir escribiendo si quiero ayudar a que, el menos una per- sona, mejore en su manera de vivir.
“No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita”. le- tuch05@hotmail.com
en saber, prime@ en entrar, pri- mer@ en salir.
Casi todos queremos ser el pri- mer@ en lo que sea cuando hay otro u otros seres humanos cerca. Cuando conducimos, caminamos, compramos, corremos, etc., quere- mos aventajar a los demás, ganar- les, dejarlos atrás. Sea como sea, aunque en ocasiones, esos otros no se den cuenta de que estamos “compitiendo” con ellos.
Ser el más fuerte, el más poderoso, el más rico, el más popular, el más rápido, el más exitoso, el que más tiene, el que más puede, el que más sabe. En el terreno en el que nos desenvolvemos, casi tod@s queremos ser el primer@, el mejor.
¿Y para qué? Nada de eso nos da la felicidad, solamente alimenta y en- gorda nuestro ego. Eso sí.
Desde los primeros años escolares, nos siembran la idea de “ser el pri- mero”, de “ser el mejor”, y a partir de entonces, la vida se convierte en una incesante carrera tras el triunfo, tras la popularidad, tras la riqueza, tras el primer lugar.
son buenas para estimularles a ob- tener mejores notas, mejores luga- res. Tal vez, en algunos casos eso se logre, pero la mayoría de las veces, los alumnos sobresalientes ocupa- rán los primeros sitios; en cambio, los de bajas notas en la escuela, di- fícilmente ocuparán una mejor po- sición. Luego entonces, la competencia es desigual, estimula la soberbia de unos, y “recuerda” a otros “que nunca serán los mejo- res”.
En las empresas, oficinas, y cual- quier lugar de trabajo, también se dan esas competencias por obte- ner un ascenso, un aumento de sueldo, cualquier mejora laboral. Eso estaría bien, si no fuera por- que, en muchísimas ocasiones, hay favoritismo, componendas, corrup- ción, amiguismo, por los que, no siempre se da el premio a quien lo merece.
La competencia en el deporte es tal vez la más atractiva y la que más gente y dinero reúne, pero aún en ese caso, hay corrupción, compo- nendas, arreglos, boicots, politi- querías, intereses mezquinos, y no siempre ganan los que más se es-
petencia por la tierra. Guerras, muertes, saqueos, invasiones, so- breexplotación. ¿Qué heredaran las generaciones venideras?
Todos los seres humanos somos distintos. Tenemos capacidades di- ferentes. Unos se dedicarán a las artes, otros a los deportes, otros más a las ciencias, otros a la tecno- logía, al comercio, otros a algún ofi- cio, o al campo, etc. La competencia entre los seres huma- nos no es necesaria, pero no hay lugar ni actividad en los que no se luche por tratar de ser el mejor, aunque se tenga que pasar por en- cima de los demás.
La competencia convierte en ene- migos a los contendientes, aunque sea por corto tiempo. Con la com- petencia nace en ambas partes el deseo de “acabar” con el otro, de “aniquilarlo”, de “reducirlo”, de “vencerlo”. Y esos sentimientos, a distinta escala, son los que acaban con los pueblos, con las ciudades, con las civilizaciones.
En toda la historia, el ser humano ha luchado por tener más, por ser más, por ir más lejos. Me pregunto
Edición 728 Del 20 al 26 de julio del 2017
El Directorio Comercial Latino de Montreal 7