Page 9 - Edicion 741 El Directorio
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Hablando en términos un poco más científicos, el terremoto del 12 de Enero del 2010 fue muy
sociales. El terremoto iba a ocurrir de todas formas, ¿por qué no se pudo preparar adecuadamente
sido los más damnificados por los huracanes en Estados Unidos). ¿Qué debe hacer un Estado res- ponsable, entonces? la respuesta es simple: hacerse cargo.
Para hacernos cargo necesitamos la ayuda de todos. Por un lado, los científicos deben aportar su cono- cimiento y ayudar a identificar cuáles son las zonas más propen- sas a sufrir graves consecuencias producto de algún fenómeno na- tural violento. En ese sentido, vamos bien: nuestros científicos están identificando estas regio- nes, y siguen haciéndolo todos los días. Sin ir más lejos, ya sabemos cuáles son los 10 volcanes que po- seen un mayor riesgo volcánico, y también están identificadas las zonas más propensas a sufrir un gran terremoto: el norte de Chile, la región que se extiende desde Illapel hasta Pichilemu, y la evi- dencia también apunta a que la zona sur del país ya está en con- diciones de albergar terremotos con magnitud 7.5 – 8. En la parte ingenieril, tampoco estamos mal: nuestra norma de construcción es una de las mejores del mundo en términos sísmicos. Uno de los lu- gares donde fallamos es en la pla- nificación urbana. Mucha gente vive en zonas donde el riesgo de sufrir por la crecida de un río, un aluvión, una erupción volcánica, o un terremoto es muy grande. Por desgracia, la voz de los organis- mos técnicos y de los expertos no
Curiosidades
llega a las grandes masas, ni menos a las personas que toman decisiones. Esto es algo que debe- mos cambiar. Sólo así podremos cambiar nuestra sociedad y co- menzar a prepararnos de buena manera frente a los eventos que van a ocurrir, pese a que no sepa- mos cuando.
Ocurrió un terremoto de magni- tud 7.1 en el centro de México. Por desgracia, varios edificios han caído en Ciudad de México, y mu- chos se han visto profundamente afectados. resulta trágico que aún ocurran grandes daños en una ciudad que hace 32 años sufrió uno de sus terremotos más de- vastadores, sobre todo conside- rando que ese fue 32 veces más grande que el ocurrido hoy. Nues- tra respuesta como humanidad frente a los fenómenos naturales es un trabajo que siempre está en progreso, y hoy por hoy debería ser una de nuestras prioridades.
Cristian Farías Vega es doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn en Alemania, y además pro- fesor asistente en la Universidad Católica de Temuco. Semanal- mente estará colaborando con La Tercera aportando contenidos re- lacionados a su área de especiali- zación, de gran importancia en el país dada su condición sísmica.
grande para el entorno geológico en el cual se produjo. Tuvo una magnitud 7, que para nuestros es- tándares chilenos es “muy pe- queño”, y sólo consiguen asustar a turistas y al rey de España. Sin embargo, su profundidad fue baja (alrededor de 10 kilómetros), lo cual produjo que se sintiera catas- tróficamente fuerte en Puerto Príncipe, que está ubicado justo encima de la zona de ruptura de este sismo. Tan así que la intensi- dad del terremoto en esta ciudad (no confundir con magnitud, que es una sola y depende del tamaño del terremoto) fue IX en la escala de Mercalli. Pero la verdad es que el desastre en Haití provino de es- tructuras que actuaron como armas de destrucción masiva: las construcciones. La forma en que estas estaban construidas repre- senta una pesadilla para los inge- nieros, y fue lo que convirtió a un terremoto importante en un de- sastre natural. Lo peor de todo es que los científicos ya venían con- versando hacía un tiempo acerca de la posibilidad de tener un te- rremoto grande en la región en el futuro. Esto muestra que los de- sastres jamás son naturales: son
Haití? Las razones son muchas, in- volucran a muchas áreas del co- nocimiento, y todas tienen que ver con las decisiones que toma una sociedad.
¿Qué pasa en Chile? Por el lado positivo, somos uno de los países más resilientes del mundo. Esto significa que nos podemos levan- tar rápido, y de manera bastante respetable. Hemos tenido 4 terre- motos de magnitud mayor a 8 desde el 2000, más de 10 volca- nes han entrado en erupción en esa misma ventana de tiempo, e imagino que nadie olvida los alu- viones en el norte, y los gigantes- cos incendios forestales que hemos tenido en la zona centro- sur del país estos últimos años. Las personas que más han sufrido han sido los que menos tienen: si bien los terremotos y las erupcio- nes volcánicas no distinguen entre clases sociales al momento de ocurrir y ocasionar daños, la capacidad para levantarse de los más privilegiados es muchísimo más grande que la de los que menos tienen (esto, por su- puesto, es algo que ocurre a nivel mundial: basta ver quienes han
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El Directorio Comercial Latino de Montreal 9


































































































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