Page 5 - Edicion 770 El Directorio
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conocida como Obamacare.
Además reimpuso las san- ciones y las restricciones a los viajes a Cuba, apoyó la abolición de controles sobre
las instituciones financieras y eliminó unas nomas pro- puestas sobre control de las emisiones de plantas de energía y otras regulaciones ambientales aprobadas en la era Obama.
“Con el Acuerdo de París muerto, el pacto nuclear con Irán mantenido a flota con respiración artificial y el Oba- macare aniquilado, a estas alturas el único legado real de Obama es la presidencia de Donald Trump”, escribió Sean Davis en la web con- servadora The Federalist.
Y así, al parecer, es justo como Trump quiere que sean las cosas.
2. Un giro hacia Netanyahu
Cuando el actual mandatario estadounidense iniciaba su carrera hacia la Casa Blanca, no era ni remota- mente tan crítico con el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán como lo es ahora.
Aunque decía que pensaba que había sido un error y que había estado mal negociado, también sugería que él po- dría estar abierto a mantener los compromisos adquiridos por Estados Unidos a través de este pacto.
“Yo supervisaría ese acuerdo de una forma tan dura que ellos no tendrían oportunidad (de incumplirlo). Así de malo como es, así de duro sería yo con ese pacto”, dijo el en- tonces precandidato presi- dencial en una entrevista con NBC en agosto de 2015.
Su giro hacia una postura abiertamente contraria al acuerdo coincide con el apoyo pleno de Trump al pri- mer ministro de Israel, Benja- mín Netanyahu, y a la línea dura israelí en las negocia- ciones de paz en Medio Oriente, después de haber sugerido inicialmente que sería un negociador “impar- cial” en la región.
“No ayudaría si yo comienzo di- ciendo que soy muy pro-Israel”, dijo durante uno de los debates entre los aspi- rantes a la can- didatura presidencial re- publicana en fe- brero de 2016.
Al mes si- guiente, Trump afirmó en una reunión del Co-
mité de Asuntos Públicos Es- tados Unidos-Israel (Aipac, por sus siglas en inglés) que su “prioridad número uno sería desmantelar el desas- troso acuerdo con Irán”.
También señaló que no hay una “equivalencia moral” entre los israelíes y los pa- lestinos en las negociaciones de paz y que “los días en los que se trataba a Israel como a un ciudadano de segunda categoría van a terminar” cuando él se convierta en presidente.
Al llegar a la Casa Blanca, inició el proceso para mudar la sede de la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén, amenazó con sancionar a los palestinos, prosiguió con su condena al gobierno de Irán y ahora ha abandonado el acuerdo nu- clear con esa nación, citando -en parte- evidencia presen- tada por Netanyahu.
3. Nuevos rostros en el go- bierno
Durante su primer año en la presidencia, Trump realizó movimientos en dirección al abandono formal del acuerdo nuclear con Irán aunque luego parecía retroceder.
Según informaciones de la
Mundo
prensa estadounidense va- rios altos miembros de su gobierno le habían aconse- jado permanecer dentro del acuerdo, incluyendo al ahora exsecretario de Estado Rex Tillerson, al exasesor de Se- guridad Nacional HR McMas- ter y al secretario de Defensa, James Mattis.
De ellos, Mattis es el único que aún conserva su cargo y su influencia parece estar di- luyéndose. Los otros dos fueron reemplazados por Mike Pompeo y John Bolton, respectivamente, quienes son considerados como hal- cones en lo relativo al tema de Irán.
Así, mientras alguna vez el presidente pudo haber sido aconsejado sobre ser caute- loso en relación con el aban- dono de los compromisos estadounidenses con Irán, esta vez sus instintos -una desconfianza innata hacia el multilateralismo en general y hacia Teherán en particular- parecen haber recibido un apoyo entusiasta.
Luego de 15 meses, Trump ha construido un equipo de política exterior que sigue una misma línea de pensa- miento y acción: su línea.
Edición 770 Del 11 al 17 de mayo del 2018
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