Page 13 - Edicion 748 El Directorio Comercial
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formación de planetas, otros son candidatos a albergar una atmósfera templada como la nuestra y vida", explica An- glada-Escudé, uno de los des- cubridores de Próxima b. Los planetas en órbitas templadas en estrellas enanas rojas cer- canas son, en su opinión, los mejores para estudiar sus at- mósferas: "Trappist-1 y LHS 1140b son ahora mismo los objetos más prometedores con tránsitos. Los más cerca- nos serían, de momento, Pró- xima b, Ross 128, Luyten b/c y Wolf 1061, pero habrá más casi seguro".Temperatura y viento estelarPero, si a la hora de considerar que un exopla- neta tiene posibilidades de al- bergar vida uno de los aspectos que más se tienen en cuenta es que se encuen- tre en la zona habitable de su estrella -es decir, ni dema- siado lejos ni demasiado cerca para que en el caso de que tenga agua, ésta sea lí- quida y no se evaporare o esté congelada-, dos investi- gaciones publicadas la se- mana pasada en The Astrophysical Journal Letters sostienen que el asunto es mucho más complejo y hay otros elementos a tener en cuenta además de la tempera- tura en la superficie del pla- neta. Así, el equipo liderado por Chuanfei Dong, de la Uni- versidad de Princeton
(EEUU), ha averiguado a tra- vés de simulaciones que la acción del viento estelar a largo plazo puede alterar tanto un planeta hasta el punto de hacerlo inhabitable. Tal y como detalla Dong a este dia- rio, la influencia del viento es- telar "es particularmente importante en el caso de exo- planetas que orbitan estrellas enanas rojas de baja masa".En su estudio han con- siderado el caso de Próxima b. Para Dong, "las posibilida- des de que ese mundo a cua- tro luz albergue vida como la conocemos en la Tierra es baja". En su opinión, Trappist- 1g es el planeta del sistema Trappist-1 "que parece tener más probabilidades de alber- gar una atmósfera estable du- rante largos periodos".Además del futuro Telescopio Extremadamente Grande (ELT) que el Observa- torio Europeo Austral (ESO) está construyendo en Chile o el telescopio espacial James Webb, que será lanzado en 2019, las agencias como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) están ulti- mando diversas misiones para saber más sobre los exopla- netas. Una de ellas se llama PLATO y será lanzada en 2026 en con el objetivo de buscar planetas del tamaño de la Tierra o más grandes (los denominados supertie-
rras) que orbiten estrellas pa- recidas al Sol y que se en- cuentren en la zona habitable de su astro, esa que les per- mitiría albergar agua líquida. Cuatro centros españoles -el Centro de Astrobiología, el INTA y los institutos de astrofí- sica de Andalucía (IAA) y Ca- narias (IAC)- forman parte de este proyecto europeo. Para Rafael Garrido, investigador del IAA y de PLATO, el princi- pal obstáculo a la hora de de- terminar si alguno de estos mundos puede albergar vida es "demostrar que hay indicios de actividad biológica en sus atmósferas"."Continúa siendo un problema poder separar la luz de las estrellas de la de los planetas, que no emiten casi nada. Ya que la tecnología está madurando mucho, se supone que en la próxima dé- cada deberíamos ser capaces de empezar a poder obtener imágenes y espectroscopía de planetas muy cercanos al Sis- tema Solar. De ahÍ la relevan- cia de encontrar planetas en las estrellas mas cercanas", explica Guillem Anglada-Es- cudé, de la Universidad Queen Mary de Londres.Vida extraterrestre e inteligenteMás complicado será saber si en alguno de estos mundos hay vida avanzada con la que po- dríamos llegar a comu- nicarnos. "En general,
Universo
Estos últimos, explica el cien- tífico, buscan sobre todo gases en la atmósfera que sean compatibles con la pre- sencia de vida y/o las condi- ciones que permitan la vida. Lo primero que hacen es bus- car agua y después oxígeno (u ozono), dióxido de carbono y finalmente otros gases como el metano. En la Tierra esos gases los producen tanto la vida primitiva como la vida in- teligente así que sería difícil distinguir ambas. Aquí nos re- sulta fácil diferenciar el dióxido de carbono y el metano produ- cido por una civilización del que se genera de forma natu- ral, pero no hay forma de ha- cerlo en un exoplaneta a menos que lo observaras du- rante siglos y vieras las varia- ciones con el tiempo", apunta el investigador de la NASA. "Y a tanta distancia, resultaría muy difícil detectar gases en la atmósfera que hayan po- dido ser producidos única- mente por un tipo de vida avanzada, como, por ejemplo, los clorofluorocarbonos (CFC)". Por ello, considera que "las probabilidades de en- contrar una civilización tecno- lógica en ese momento concreto de su historia son muy pequeñas".
la forma más fácil de detectar una civiliza- ción inteligente será detectar señales de radio que hubieran mandado para anun- ciar su presencia. Es la llamada Búsqueda de Inteligencia Extrate- rrestre (SETI) y la están llevando a cabo un grupo de científicos distinto a los que sim- plemente buscan cual- quier tipo de vida", señala Del Genio.
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748 Del 8 al 14 de Diciembre del 2017
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