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Cada día te conozco más
Tema 2
Ver
¿Qué
podrías Una justa sentencia
hacer Los tiempos y las costumbres y el modo de ver las cosas
tú para cambian también. Recuerdo que cuando estaba en primaria
evitar el des- los castigos eran como el pan de cada día. Pero, nuestra
orden en el maestra Carla no usaba esas medidas muy duras con
aula? ¿Cuál nosotros; esto provocaba que a veces nos aprovecháramos de
debe ser la su natural bondad.
Las semanas siguientes mostraron que la reprimenda de
actitud de un nuestra maestra había producido buen fruto. Tanto Stephano
estudian- como Valeria dejaron de ser blanco de nuestras burlas.
te cuando la Íbamos conociéndonos y tratándonos mejor. Pero, esto no
profesora no quitaba que siguiéramos siendo niños y a veces nos ganaba
se encuentra la superficialidad. Sucedió una mañana que la maestra debió
en el aula? dirigirse a la Dirección del colegio para traer unas fichas de
trabajo, cuando el desorden se apoderó de nosotros. Bastaron
¿los acuerdos muy pocos minutos y fue suficiente para que convirtiéramos el
de conviven- salón de clase en cualquier cosa, menos en una sala de estudio.
cia ayudan Piero Simón comenzó lanzando una tiza verde a Pedro, el cual
a tener un no se quedó quieto y le devolvió el objeto, lanzándolo con
mejor clima tan mala puntería que fue a chocar en la cabeza de Fabrizio.
Éste le increpó con palabras recriminatorias y le lanzó un avión
de estudio en hecho de papel. Giuliana recogió el avioncito y lo lanzó hacia
el aula?, Luciana, la misma que repitió el gesto y lo envió en dirección
¿por qué? de Andrea. Y así, el avioncito volaba en una y otra dirección,
En tu escue- causando risas, que se convirtieron en
la, ¿tienen comentarios de todo tipo y estos en un
sanciones?, griterío de parte nuestra. De pronto, ya no
era solo el avioncito sino también papeles
¿cuáles son? y tizas que volaban de un extremo a otro
¿Qué premio en medio de la histeria colectiva. He de
reciben los reconocer que solo Stephano se mantenía
estudiantes sentado en su lugar, escribiendo su plana y
que tienen un sin inmutarse ante el jolgorio que habíamos provocado. En el
buen compor- colmo del atrevimiento, Pedro, siempre haciéndose el gracioso,
lanzó una pera contra Piero Simón, pero se estrelló en el brazo
tamiento?
continúa
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