Page 13 - MONTT LATIN AMERICAN MAGAZINE, ENERO 2019 (Español)
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Documental que explica los inmensos desafíos que plantea para nuestra civilización. Gran parte de los empleos de hoy, no existirán en pocos años más como consecuencia de los avances tecnológicos. ¿En qué trabajaremos? ¿De qué viviremos?
das controvertidas por importantes sindi- calistas, incluso por la Organización Inter- nacional del Trabajo (OIT), porque hace cinco años, el Informe sobre el Desarrollo Mundial del mismo Banco Mundial concluía todo lo contrario, en el sentido de que las regulacio- nes laborales tenían poco o ningún impacto en los niveles de empleo.
El documento indica que en la actualidad regulaciones laborales “protegen a los pocos que tienen empleos formales y dejan fuera a la mayoría de los trabajadores” y que el tipo de esquemas de protección social que comenzó con el canciller alemán Otto von Bismarck a fines del siglo XIX no es apropiado, porque cubre solo un tercio de las poblaciones de los países en desarrollo. “Para acabar con la pobreza e impulsar la prosperidad compartida, es vital que consideremos nuevas iniciativas para enfrentar la interrupción que seguramente provendrá de cambios estructurales“.
La Inflexibilidad Laboral Argentina
Muchos países de la región comienzan a moverse en la misma dirección de lo establecido por el Banco Mundial, lo cual es novedoso, dado que los países latinoamericanos destacan a nivel internacional por su fuerte protección a los empleados y sus complejas leyes laborales. En estos momentos Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú y, con cierta reticencia, Uruguay están prontos a presentar Reformas Laborales o a intensificarlas para lograr mayor flexibilidad, competitividad, reducir el desempleo y la persistente informalidad.
Argentina, gracias a los sucesivos Gobiernos peronistas desde la década del 40, llevó los costos de contratación y despido a ser uno de los más altos del mundo, según datos de Doing Business, del Banco Mundial.
Estos altos valores se deben a los riesgos ocupacionales, producto de los permanentes litigios relacionados con las prestaciones por enfermedad y discapacidad. A consecuencia de ello existe un gran número de juicios iniciados por lesiones y eventuales accidentes en el trabajo, ademas de interpretaciones sesgadas de la legislación laboral de algunos tribunales. A fines de 2016 hubo 102 mil juicios entablados por los sindicatos, de ahí
la necesidad de promulgar la Ley N° 27.348 de marzo de 2018, que modificó el sistema de Aseguradoras de Riesgo de Trabajo, al estipular que en caso de un accidente laboral los empleados deberán pasar, al menos, por una comisión médica antes de litigar.
El nivel de sindicalización en el país es muy fuerte, al punto que llega al 40 por ciento, mientras en Brasil alcanza el 16,6 por ciento; en Chile, el 14,4 por ciento; en México, 9,2 por ciento y en Colombia, el 5,7 por ciento. Existen tres mil agrupaciones que reúnen a tres millones de afiliados, con líderes muy respetados por los sucesivos Gobiernos (incluido el de Mauricio Macri), con 30 años en el poder, sobrevivientes de todo tipo de denuncias por corrupción, procesos neoliberales y kirchnerismo. Los sindicatos controlan mucho dinero, al punto que poseen universidades, hoteles, medios de comunicación, y atienden muy bien a sus socios: lograron que sus representados estén entre los trabajadores mejor pagados de la región.
Estos altos costos laborales afectan la competitividad internacional y la llegada de inversión foránea. La Reforma Laboral es imperiosa, solicitada por organismo como el Fondo Monetario Internacional e intentada en dos oportunidades por el Gobierno de Macri, pero finalmente pospuesta por la violencia que desató en 2018 la Reforma Previsional. Se espera que el Ejecutivo adopte una serie de medidas administrativas para evitar pasar por el Congreso, sobre todo por tratarse de un año electoral, donde será difícil lograr apoyo político.
Entre los cambios figuran reducir las jornadas de trabajo de ocho a seis o a cuatro horas en industrias en crisis; promocionar un fondo de cese laboral en actividades temporales para sustituir la indemnización y habilitar más acuerdos por productividad. Asimismo, se incluirá el anunciado blanqueo de trabajadores que prevé eximir de pago de multas al empresario que regularice la situación de los informales. El sector privado presiona por reducir los aportes de las contribuciones de los empleadores, la descentralización de las negociaciones colectivas y la facilitación de las condiciones de contratación y finiquito.
Brasil, Profundizar la Reforma
En Brasil a un año de la radical Reforma Laboral impulsada por el ex Presidente Michael Temer, los resultados están todavía por verse. Algunos opinan que la normativa generó una mayor seguridad jurídica y consiguió que empresas internacionales volvieran a sentir interés por invertir en el país. Tambien, se argumenta, trajo equilibrio a las relacionales laborales y frenó el poder desmedido que tenían los sindicatos.
Sin embargo, las empresas se muestran renuentes a cumplir con todas las normas de las nuevas disposiciones. Esto lo hacen porque hay 20 demandas presentadas en la Corte Suprema que cuestionan la legalidad de algunos aspectos, como establecer un límite a la compensación por daños morales. También se esperaba un incremento de empleos, pero todavía hay más de 12 millones de cesantes, según la investigación reciente del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
El aspecto positivo, sin embargo, según el Tribunal Superior de Trabajo, es que la cantidad de juicios laborales se redujo en aproximadamente un 70 por ciento en un año, de 290 mil nuevos reclamos en noviembre de 2017 a 89 mil en 2018. De hecho esto está causando una interesante descompresión, porque antes de la ley, el 80 por ciento de los procesos laborales de las empresas multinacionales estaba en Brasil.
Uno de los aspectos relativamente exitosos de la reforma es que ahora los empleados pueden negociar ceses laborales con sus empleadores, a diferencia de lo que ocurría antes en que sólo recibían la indemnización por despido.
También el denominado trabajo intermitente prendió entre el empresariado con buenos resultados. Las organizaciones pueden contratar trabajadores con salarios por hora y solo llamarlos cuando sea necesario. Las compañías que pusieron en práctica esta parte de la reforma están creando una fuerza laboral flexible preparada para funcionar cuando sea necesario, como nunca antes existió, con gran reducción en los costos, así como una gran disminución en los riesgos laborales.
Pero si todavía la Reforma Laboral de Temer quedó corta, el nuevo Presidente
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