Page 12 - Revista GX Octubre 2016

SEXUALIDAD
UN VIAJE
POR EL TIEMPO: VIH
a ellas la mala información, alre- dedor de los bares de encuentro, la policía hace redadas cubiertos con guantes, cubre bocas, máscaras.
70’s “La época del amor” En 1980 el virus llegó a EU 35.3 millones de personas viven con VIH en el mundo
>> Por Mayra Aidee Pérez Ambriz
MTédica Sexóloga Clínica
e invito a un viaje a través del
tiempo; serás un observador
de varios acontecimientos que tuvieron lugar hace más de tres décadas. Acompáñame al nal de la década de los 70´s, la época del amor libre, en donde se cam- bia una y otra vez de pareja sexual en búsqueda de placer, vayamos a los lugares en donde después de varios movimientos sociales de importancia internacional, la pasti- lla anticonceptiva ha revoluciona- do la manera de tomar decisiones en el ejercicio de la sexualidad, co- mienza la legalización del aborto y los antibióticos disminuyen los riesgos de un sinnúmero de enfer- medades haciendo casi desapare- cer el miedo.
Existen nuevas formas de amar, hay alegría, paz, luchas ganadas, derechos obtenidos, la libertad sabía a otro nombre y apellido, hay mucho por celebrar y disfrutar y los jóvenes son parte de esta ola de experiencias por vivir; el viaje planeado a la playa con los amigos, se cristaliza en ver pasar drogas y alcohol, bailando hasta el anoche- cer, el sexo no falta, se observa te- ner en vivo o en secreto, comparti- do o a oscuras, entre dos o más, un viaje en donde la última noche se vive entre nostalgias compartidas
frente a una fogata para brindar y prometer volver una vez más.
Han pasado unos cuantos años nada más, y al transcurrir los días, los jóvenes prenden la televisión para mirar en el noticiero a los conductores diciendo: -En Los Án- geles, California, una rara infección pulmonar ocasionada por Pneu- movystis carinni, se encontró en 5 hombres gay.
En N.Y.se reportan un grupo de hombres con un cáncer agresivo y poco común conocido como Sar- coma de Kaposi-, mientras en se han encontrado 270 casos de una severa inmunode ciencia en hom- bres que ha cobrado la vida de 121.
Transcurren los meses y en los encabezados de los diarios se lee: Un cáncer raro fue encontrado en 41 homosexuales” ... “hombres gay en crisis sanitaria” y a lo lejos en una ciudad de Estados Unidos se observa a dos hombres sostenien- douncartelquedice:”Necesitamos investigación, no histeria”
Existen lugares en donde de- jan de asistir a la escuela, las du- das son muchas: y ¿si alguien se contagia cuando alguien estornu- de?, ¿en el baño? - ¿en el agua del bebedero? - y ¿si alguien sangra de la nariz?, nadie sabe y muchos pre eren no correr el riesgo. Las noticias se difunden diario y junto
En 1982 se sugiere por primera vez que la causa de la de ciencia inmune es sexual e inicialmente re- cibe el nombre de inmunode cien- cia relacionada a la homosexuali- dad o GRID (acrónimo proveniente del inglés gay-related inmune de- cency), posteriormente, también se reporta en personas con he- mo lia y haitianos lo que origina la creencia de que la enfermedad se había originado en Haití.
No es hasta que el departamen- to de control y prevención de enfer- medades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés Center for Disease Control and Prevention) comienza a utilizar por primera vez la palabra “sida”, que se obtiene la primera descripción catalogándola como una enfermedad de predic- ción moderada, ocasionada por un defecto en las células encargadas de la inmunidad, que estaba afec- tando a personas con una resis- tencia inmune disminuida.
La gente a la que se le da el diag- nóstico es sentenciada a 5 años de vida, se desea con ar pero no se sabe a ciencia cierta lo que pasa, hay quien piensa en el suicidio, la visión es trágica, una nueva enfer- medad amenaza y afecta la vida de muchas personas, enfermas o no. Hay personas que levantan el telé- fono para escuchar que un amigo, dos, tres han muerto, para después recibir llamadas del estilo, cada mes. Se crean grupos de apoyo formales e informales para buscar a amigos enfermos en los hospi- tales y alimentarlos, cambiarlos, bañarlos, mientras se lidia con fa- miliares preocupados, que no quie- ren participar en el cuidado de sus enfermos por miedo al contagio. El horror es tal, que cada que al- guien conoce a otro, le mira como una posible bomba de tiempo, la
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