Page 40 - guia ramadan 2016
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¿Ahora qué?
Pasos prácticos
para amar a los Lmusulmanes
os cristianos con frecuencia preguntan: “¿Cómo puedo participar en el mover de Dios sin precedentes entre los musulmanes
hoy?” La respuesta es simple, “ama a los musulmanes”; es simple, pero difícil de lograr.
El islam se ha convertido a sí mismo en una
de las religiones más temidas de la tierra. Esta reputación se debe a la historia de grandes conquistas, conversiones forzadas, discriminación y atrocidades terroristas que se trasmiten a través de los noticieros cada día. Esta perspectiva no se limita solo a cristianos, es una opinión sostenida por hindúes, chinos, socialistas y budistas. El islam, con su fuerte perspectiva de los “otros”, se separa de todos los pueblos no musulmanes de la tierra.
Sin embargo, los musulmanes no son islam; los musulmanes son individuos, hombres y mujeres, niños y niñas. Por siglos, los musulmanes en muchas partes del mundo se han aislado
así mismos en comunidades que refuerzan el estereotipo de que los cristianos son ignorantes, mundanos y esclavos del hedonismo que el mundo ofrece tan fácilmente. ¡Este estereotipo necesita ser desafiado!
Un inmigrante de
trasfondo musulmán
de Irán, llamado Ali,
me contó su historia:
“Un amigo cristiano
me invitó a asistir a
la cena semanal de
su iglesia. Cuando
me di cuenta que el
menú incluía carne
de cerdo asada,
educadamente me
negué”. Dos semanas
después Ali fue invitado
nuevamente. Esta vez la
iglesia cambió el menú
para evitar cualquier
cosa que Ali encontrara
ofensiva. “Cuando me enteré del problema que se hicieron solo por mi, no me pude negar”, dijo Ali.
En unas pocas semanas Ali conoció una comunidad de fieles que aman a Dios y también lo aman a él en el nombre de Jesús. Hoy, Ali es
un seguidor de Jesucristo. El aprovecha cada oportunidad para compartir con sus amigos musulmanes y animar a los cristianos a demostrar su amor por los musulmanes como un camino para compartir su fe.
Puede ser tentador para nosotros temer, huir e incluso pelear con los musulmanes. Pero cuando hacemos eso, seguimos un guión que el islam
a utilizado durante siglos para representar a los
cristianos como “otros” a quienes deben
contender o evitar. El camino más directo para amar a los musulmanes es
orar por ellos. Cuando oramos, tomamos el verdadero corazón de Dios. Dios ama a los musulmanes de
tal manera que envió a Su hijo al mundo
para amarlos, perdonarlos y salvarlos.
Mientras oramos por los musulmanes,
nos damos cuenta que nuestro corazón comienza a cambiar. Comenzamos a verlos como Dios los ve. Ellos no son los seguidores desconocidos de una ideología peligrosa y amenazante; ellos son hombres y mujeres, niños y niñas que están perdidos –como nosotros estuvimos- y en necesidad de un Salvador.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos12:2
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