Page 10 - Velasco y la independencia nacional
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Su nombre sigue siendo impronunciable en público, salvo que sea para atribuirle todas las culpas de los males perua- nos, pero corre en el fondo y produce nostalgia en las gene- raciones que vivieron los setenta.
Por mi parte, el retorno a Velasco implica volver a pensar una y otra vez en aquella oportunidad que perdimos para cambiar nuestro país y salir de la tragedia que vivimos desde hace doscientos años. Volver a analizar los hechos, evocar a los personajes, averiguar, investigar más, saber qué hicimos mal, en qué nos equivocamos, pero también qué podemos conservar como lecciones para las generaciones actuales y futuras. El de Velasco fue el momento de la justicia históri- ca promovida por un hombre singular y valiente que, como muchos otros héroes similares de nuestro pasado, murió solo, repudiado, desamparado aun por sus amigos, traicio- nado y abandonado.
Este libro que me han pedido presentar a los lectores contiene varios textos sobre aquella época. Augusto Zim- mermann, secretario de prensa de Palacio, nos legó relatos detallados, con precisión de cronista; Carlos Delgado, alter ego civil de Velasco, contribuyó a dar forma y defender las ideas de Velasco y sus compañeros, ideas novedosas y atre- vidas aun hoy día; Carlos Franco analizó los hechos con su exquisita sofisticación de psicólogo y científico social; Roger Rumrrill fue testigo de excepción de las relaciones de los hombres del proceso con los problemas de la selva a par- tir de su permanencia en el ministerio de Agricultura; Pilar Roca fue una de las protagonistas del desarrollo del cine co- laborando con Federico García.
Hay otros textos recientes de Luis Manuel Sánchez, Vi- cente Otta, Jorge Perazzo, Lilia Romero y Erick Tejada sobre diversos temas que tienen que ver con la visión del desarro- llo, las posibilidades revolucionarias y la lucha de los traba-
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