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  Economía de bolsillo
¿Por qué cuesta tanto el GLP en el Perú?
Todos los peruanos nos preguntamos asombrados por qué siendo el Perú productor de gas natural, y teniendo reservas importantes en Camisea, tenemos uno de los GLP más caros de la América Latina, después de Chile y Uruguay --que no son productores sino importadores--, el GLP cuesta aquí US$ 1.14 por kilo mientras en Bolivia cuesta US$ 0.32 y en Ecuador US$ 0.12, según datos de la CEPAL de febrero de este año. La razón es porque, quien fija el precio de costo del gas en el lotes 88 de Camisea, destinado al consumo interno, es Pluspetrol, líder del Consorcio Camisea que explota también el lote 56 destinado a la exportación.
¿Cuáles son los costos de producción de Pluspetrol? Nadie lo sabe, pero de allí parte la cadena de costos que se van acumulando, siendo los más grandes los referidos a los gastos de distribución, como se muestra en el gráfico.
La única explicación que tenemos es que Pluspetrol fija sus costos de acuerdo al precio internacional, como si estuviéramos importando todo el GLP, cuando resulta que sólo se importa el 20%. Con el alza del dólar este precio se ha incrementado significativamente.
Una alternativa planteada por el actual ministro de Energía y Minas, es devolver el GLP al Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), del que fue retirado durante el gobierno de Vizcarra. Sin embargo, el Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (OPECU) afirma que ello no influiría en la rebaja del precio del GLP, ya que por experiencias pasadas, las rebajas no se trasladan al precio de venta al público. Calculan que los usuarios habrían pagado S/ 312 millones de más entre diciembre 2018 a febrero 2020 al no recibir los beneficios de dicho fondo, dinero que se queda entre los diferentes actores de la cadena de distribución. Parece que los de OPECU tienen razón y es Pluspetrol quien tiene que sincerar sus costos de producción. No es posible que en un país productor de gas natural se tenga que pagar el GLP como si toda la materia prima fuera de origen importado.
Otra alternativa es la que propone Osinergmin, de reemplazar el GLP por energía eléctrica, utilizando cocinas de inducción. Las cocinas podrían financiarse (sigue)
El gas nuestro de cada día
Lilia Romero
En el Perú del bicentenario, la mayoría de las familias urbanas utiliza gas como combustible para preparar los alimentos; sin embargo, en el campo, casi la tercera parte de las familias continúa usando leña porque su economía no les permite acceder al gas natural o al que se vende en balones de 10 kilos (GLP). Con la pandemia, el consumo de leña como combustible se incrementó porque la pobreza también se incrementó. Si no, veamos con qué cocinan las señoras de las ollas populares, en los conos de Lima, que salvan del hambre a miles de compatriotas.
Una familia que vive en un distrito como SJL en Lima y que tiene el privilegio de tener gas natural instalado en su casa, gasta en promedio mensualmente S/ 20.00 mientras que un balón de GLP de 10 kilos cuesta en Lima entre S/ 40.00 y S/ 61.20 (datos de Facilito, Osinergmin), y es el que usa la gran mayoría que no tiene gas natural en su casa.
Una familia que vive en Megantoni, La Convención, no tiene acceso al gas natural que se produce en Camisea, en su propio territorio, y tiene que comprar el balón de GLP que cuesta hasta S/ 69.50, con los últimos incrementos de precio.
Lastimosamente en nuestro país, a nivel nacional, sólo el 10% de las familias –que viven en ciudades de la costa-- utilizan el gas natural como combustible; el 79% utiliza el GLP; el resto, usa otros medios para cocinar sus alimentos, como por ejemplo, la leña. Este uso tan reducido del gas natural domiciliario se debe a que no ha habido hasta ahora una verdadera política de masificación del gas natural, lo cual tiene varias explicaciones que será motivo de otro artículo.
El gas natural que se instala en las casas y los balones de GLP, ambos provienen del gas de Camisea (La Convención, Cusco). En la Planta Malvinas de Camisea se produce gas natural y líquidos de gas natural. El gas natural se transporta por medio de un gasoducto que atraviesa las cordilleras y llega hasta Lurín (City Gate). A partir de allí Calidda distribuye el gas natural a las viviendas, industria y comercio por medio de una red de ductos bajo tierra.
En la planta Malvinas también se produce líquido de gas natural que es transportado por un poliducto que llega hasta la planta de fraccionamiento de Pisco. Es en esta planta donde el líquido de gas natural se procesa obteniéndose varios productos, entre ellos, propano y butano que constituyen el GLP. En las refinerías (como La Pampilla) también se obtiene GLP pero refinando petróleo el que tiene que ser importado ya que no lo producimos.
Del total de GLP producido en el país, el 80% proviene de los líquidos de gas natural de Camisea y el 20% es elaborado con
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