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0. Introducción
Todos los seres humanos necesitamos energía para vivir, y la generamos mediante carburantes (sustratos
energéticos) y un oxidante o comburente (oxígeno).
Para producir energía el músculo utiliza ATP (adenosín trifosfato). El metabolismo es el conjunto de procesos y rutas que realizan diferentes sistemas energéticos para convertirse en ATP y así poder ser utilizado por el músculo. Estos sistemas se interrelacionan en el denominado continuum energético.
Una serie de proteínas específicas (enzimas) controlan estas reacciones químicas, que están coordinadas con otras funciones corporales.
1. SISTEMAS ENERGÉTICOS
La energía necesaria para el movimiento procede de la combustión de los nutrientes aportados con la dieta. Estos carburantes principales son: hidratos de carbono y grasas. Las proteínas también podrían incluirse, si bien su consumo con fines energéticos no es tan relevante. El organismo metaboliza estos nutrientes a través de diferentes sistemas y obtiene ATP que permite satisfacer las demandas energéticas.
Para resintetizar ATP existen una serie de mecanismos:
Metabolismo de los fosfágenos: a partir de la fosfocreatina (PCr).
Glucólisis anaeróbica: transformando el glucógeno muscular en lactato.
Fosforilación oxidativa: procesos aeróbicos de glucosa, ácidos grasos y aminoácidos esenciales.
Todos estos mecanismos liberan energía. Algunos se producen en el citoplasma y sus reacciones no necesitan oxígeno para desarrollarse (anaeróbicas), tanto en el uso de la glucosa como de la fosfocreatina. Otros se dan en la mitocondria y necesitan de la presencia de oxígeno para su ejecución (aeróbicas), utilizando glucosa, ácidos grasos o aminoácidos esenciales.
FACTORES FISIOLÓGICOS DEL ALTO RENDIMIENTO – TEMA 1 3