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Primeros Auxilios. Tema 3
 Mismas indicaciones que en heridas graves, con especial atención a signos y síntomas de shock (ver apuntes “Shock”).
 No sacar ningún objeto enclavado.
 Tapar rápidamente la herida con algún material que no transpire (ej: el plástico de la bolsa
de las gasas), a fin de evitar el colapso pulmonar.
 Trasladar urgentemente a Centro Hospitalario en posición de semi-incorporado y ladeado
hacia el pulmón lesionado.
Actuación en ampollas
 Si comienzan a sentirse molestias del rozamiento, bastará con proteger la piel con apósito y esparadrapo o tirita ancha.
 Si la ampolla ya se ha formado y permanece intacta, está indicada su protección mientras cura sola.
 En caso de rotura de la ampolla, es preferible no retirar la piel que cubre la herida. Tratar como una herida (lavar y cubrir para evitar infección).
HEMORRAGIAS
El sistema circulatorio cardiovascular está formado por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre. El corazón bombea la sangre que circula por dentro de los vasos transportando oxígeno y nutrientes a lascélulasdel cuerpo y recogiendo los desechos metabólicos y el dióxido de carbono y así sucesivamente a modo de circuito cerrado. Los vasos por donde sale la sangre del corazón se denominan arterias, y por los que entra, venas. La sangre, además transporta células encargadas de defendernos de infecciones y colabora en la regulación de la temperatura.
En una hemorragia se produce la salida de sangre de los vasos sanguíneos. La gravedad de la hemorragia depende de dos factores: la cantidad de sangre perdida y lo rápidamente que se pierde.
Los diferentes tipos de hemorragia se clasifican: A. Según el tipo de vaso lesionado
 Hemorragias capilares: sangrado en forma de sabana, continuo y poco abundante (como “babeando”) .
 Hemorragias venosas: sangrado continuo, más abundante que el capilar.
 Hemorragias arteriales: sangrado a “borbotones”o en pulsos (latidos del corazón). Son las
más peligrosas por la rapidez en que se pierde la sangre.
B. Según el volumen de sangre perdida
 Agudas: cuando la sangre se pierde muy rápidamente. En este caso hay grave riesgo de shock.
 Crónicas: cuando la pérdida de sangre es de forma lenta y progresiva en el tiempo.
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