Page 49 - Mib 360 - Mayo | Junio 2024
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                      Rocío García-Viso
Matrona
@rocio.matrona
Autora del libro El arte de crearte (Ed. Espasa)
       ¿Es cierto que el cerebro de la mujer
cambia durante el embarazo?
• Sí. Es una de las cosas fascinantes
que suceden durante el embarazo y tiene
un nombre, matrescencia, que es una combinación de maternidad y adolescencia. Hace unos años, unas investigadoras españolas, entre las que se encuentra Susana Carmona, compararon los cambios en el cerebro de las adolescentes con los cambios que se producían en el cerebro de la mujer durante la gestación. Solo en estas dos etapas de la vida se dan cambios hormonales tan bruscos en el cuerpo de la mujer y eso genera cambios en el cerebro. Susana Carmona habla de una poda sináptica en las ramificaciones
de las neuronas. Parece que el cerebro prioriza las ramas neuronales que van a ayudar al cambio de rol, en la adolescencia, para ser mejores adultas, y en la gestación y maternidad, para ser mejores madres.
¿La forma de la barriga puede orientar sobre el sexo
del bebé?
Este es un mito muy extendido, pero es falso. La creencia popular es que si la barriga de la mamá es redondita, espera una niña; mientras que si tiene forma de pico, está embarazada de un niño.
• Lo cierto es que la forma de
la barriga depende más de la corporalidad de la mujer, del sostén de sus músculos abdominales y
del tamaño del útero que del hecho de que espere un niño o una niña. Asimismo, en la forma de la barriga también influye que sea el primer
o el segundo embarazo, que haya más o menos líquido amniótico
y la semana de gestación en la
que se encuentra la mamá.
 ¿Se puede elegir el sexo del bebé o es una cuestión de azar?
Las probabilidades de concebir un niño o una niña no son azar, pues es cierto
que las características de los espermatozoides X e Y son diferentes y la población
mundial no es exactamente del 50-50%. Existen varias teorías al respecto.
En la concepción se unen un óvulo y un espermatozoide y cada uno contiene la mitad de la carga cromosómica: el óvulo siempre porta el cromosona X, mientras que el espermatozoide puede portar el cromosoma X o Y. Cuando se fecunda el óvulo, los cromosomas se unen
y, si son XX, el bebé es de sexo femenino, mientras que si son XY, es de sexo masculino.
• La teoría del doctor Shettle dice que los espermatozoides que portan el cromosoma Y son más ligeros y se mueven más rápido, pero tienen una vida media más corta que los espermatozoides que portan el cromosoma X, que son más lentos, pero viven más.
Según Shettle, si tenemos relaciones sexuales durante la ovulación, los espermatozoides con cromosoma Y tienen más posibilidades de fecundar el óvulo porque son supuestamente más rápidos, y es más probable que tengamos un niño. En cambio, cuando tenemos relaciones sexuales antes de la ovulación, es más probable que tengamos una niña porque los espermatozoides que portan el cromosoma X son más resistentes y sobreviven más.
• Existe otra teoría, que es complementaria a esta, desarrollada por la bioquímica argentina Adriana Baretta, que sostiene que la dieta alimentaria de la madre puede influir en la elección de tener un niño o una niña, pues afecta a las características del moco cervical
y a la capacidad de los espermatozoides para atravesarlo.
De todos modos, aunque son teorías fascinantes, ninguna de las dos está sustentada
por evidencia científica de peso, por lo que, por el momento, este tema tiene más de mito que de verdad.
   Mibebeyyo #49#
      


































































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