Page 22 - NM Enero 2023
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MATRONAS EN ACCIÓN
“NO ES NECESARIO RECORRER
MUCHOS KILÓMETROS PARA LLEVAR
A CABO UN VOLUNTARIADO”
LA MATRONA MAITE NAVARRO NOS HABLA DE SU ESTANCIA EN LA CASA-CUNA DEL HOSPITAL HASSANI DE NADOR (MARRUECOS), UNA EXPERIENCIA QUE DEFINE COMO "INCREÍBLEMENTE ENRIQUECEDORA".
M aite Navarro ha trabajado durante más de 20 años en algunos de los hospitales más importantes de Madrid, ayudando a más
de 10.000 mamás a dar a luz. Actualmente, tiene su propia empresa, Maite Navarro, S.L., desde donde lleva a cabo preparación al parto y asesora- miento en lactancia y crianza, tanto de forma presencial, en la clínica ‘Prime- ros Pasos para ser mamá’ de Madrid, como de forma on-line, desde www. maitenavarro.com. Además, participa en la asistencia al parto en diversos hospitales de Madrid.
En octubre de 2013, se inició en el mun- do de la cooperación internacional de la mano de la Fundación Adelias, en su proyecto Casa-Cuna en el Hospital Hassani de Nador (Marruecos). De su inolvidable experiencia nos habla en esta entrevista.
¿Qué te llevó a introducirte en el mundo de la cooperación internacional?
La diversidad cultural me ha atraído desde niña. Ya en el colegio deseaba conocer mejor a compañeros que eran de otros lugares: recuerdo, por ejemplo, que cuando cursaba primaria conocí a una niña, Celeste, de Argentina, quien sería una de mis mejores amigas, y cuya forma de pensar y vivir me atraía por lo diferente que era a la mía.
Al terminar la especialidad de matrona en 2009, mi deseo fue atender de forma voluntaria a las mujeres embarazadas sin recursos o que emocionalmente atravesaban un momento difícil en la Comunidad de Madrid, un proyecto que, a día de hoy, continúo desarrollando (https://blog.elreciennacido.com/ miedo-al-parto-maite-te-ayuda/).
Hablemos del voluntariado en Nador (Marruecos). ¿Por qué lo elegiste?
Trabajando como matrona en el Hospital La Zarzuela en Madrid, tuve la suerte de conocer de cerca la labor que en el Hospital Hassani de Nador desempeña la Fundación Adelias con su proyecto Casa-Cuna, una casa completamen- te equipada donde viven más de una docena de niños en espera de adopción. Ambos, Hospital La Zarzuela y Funda- ción Adelias, ofrecían a los empleados del hospital la posibilidad de ejercer voluntariado durante un tiempo en este proyecto, y evidentemente me pareció una magnífica oportunidad para dar lo mejor de mí. Aceptaron mi candidatura y, en octubre de 2013, pude lograr ese sueño que tanto bien ha aportado a mi vida. Me dieron la posibilidad de acudir junto a una persona especial para mí, y elegí a mi madre, María Teresa, maravillo- sa madre de cuatro hijos, a la cual adoro y cuyo poder de amar infinito expandió
entre los bebés y niños de aquella Casa Cuna en Nador. Fue una vivencia mágica la que vivimos juntas.
¿En qué consistió tu labor allí?
La labor más importante que desempeñé fue la de dar amor a los bebés que espe- raban adopción: abrazarles, acunarles, alimentarles y darles los cuidados que todo pequeño necesita. También imple- mentamos la actualización de protoco- los en paritorio y UCIN, así como cierta formación asistencial a los profesionales sanitarios de estos servicios.
¿Cómo influye la cultura en la Sanidad de un país?
Pienso que nuestras creencias y nuestra cultura nos acompañan en cada una de nuestras vivencias, así como en nuestras actuaciones y en el desarrollo de nuestra profesión.
La crianza de los hijos en Marruecos se basa en prioridades muy diferentes a las de España y, en base a ello, también los cuidados sanitarios durante el embarazo, parto, posparto y al recién nacido distan bastante de los de nuestro país. Me llamó la atención, por ejemplo, que, en los cui- dados del recién nacido ,subsistan pautas culturales muy ancladas en la tradición, como el empleo de khol y henna, con una finalidad mágica y ritual de protección.
¿Qué dificultades encuentran los profesionales sanitarios de estas zonas para desarrollar su trabajo?
El Hospital de Hassani me sorprendió gratamente por su gran dotación de recursos, tanto materiales como huma-
nos. La formación en cuidados tiene cier- tas diferencias con respecto a España, basadas en sus prioridades sociales y culturales.
¿Cómo fue la estancia allí?
La Fundación Adelias se encargó de que estuviésemos realmente cuidadas: nos ofreció una casa que compartíamos con otras voluntarias y un guía, Najim, que nos acompañaba en la ciudad. Junto a mi madre, como antes comentaba, la experiencia fue realmente emocionante y enriquecedora.
¿Qué te ha aportado esta experiencia tanto a nivel personal como profesional?
He podido conocer personas estupendas, entregadas y capaces. Y he descubierto que no existe una única forma de dar apo- yo a la mujer y su familia, generalmente basada en protocolos estandarizados, que, aunque son necesarios, limitan, por su rigidez, el acto de aportar los cuidados a las familias de forma más personalizada.
¿Guardas algún recuerdo especialmente entrañable?
Guardo el recuerdo de cada una de las personas que he conocido, y todo lo que con ellas he aprendido y compar- tido. Cuento con su amistad aún a día de hoy como un tesoro, y las diferen- cias culturales y de creencias que me mostraron como parte fundamental en mi crecimiento personal y profesional.
¿Tienes algún otro proyecto en mente?
Ahora pienso que el voluntariado es algo que acompaña la filosofía de vida de quienes lo ejercemos, y que no es nece- sario recorrer muchísimos kilómetros para llevarlo a cabo: en nuestro hospital, desde nuestro entorno más cercano, podemos ayudar de forma desintere- sada a tanta gente... El voluntariado es ahora para mí una parte fundamental demidíaadía.
¿Animarías a tus colegas de profesión a probar esta experiencia?
Por supuesto. Aquí estoy para lo que necesiten en este y otros sentidos profesionales.
La matrona Maite Navarro junto a un bebé durante su estancia en Nador (Marruecos).