Page 16 - Mi bebé y yo 339 - Marzo 2021

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#quéhaceryquénohacer
Habla con el niño a menudo, ya desde sus primeras semanas
de vida, nombrando los objetos que utilizas y contándole lo que estáis haciendo en cada momento. Aunque no sea capaz de expresarse, empezará a entender el signi cado de tus palabras.
Ayúdale a que se exprese con palabras y no solo con gestos.
Un truco para conseguirlo es proponerle siempre varias alternativas. Por ejemplo: “¿Quieres comer pan o plátano?”,
“¿Te gustaría jugar con la pelota o con la muñeca?”. Al tener que elegir, el niño se ve “obligado” a intentar pronunciar la palabra.
Emplea un lenguaje sencillo y claro, utilizando ejemplos que le
ayuden a relacionar las palabras con una experiencia emotiva (“Esto es un bote para guardar los colores que tanto te gustan”). Proponle palabras nuevas, utilizando sinónimos si es preciso, para ayudarle, poco a poco, a enriquecer su lenguaje.
Lee al niño cada día un cuento: hojear juntos un libro ilustrado
es una de las formas más e caces y divertidas de enseñar al pequeño nuevas palabras. Las cancioncillas y rimas infantiles también son de gran ayuda en el aprendizaje de la lengua.
APRENDER A HABLAR
Evita repetir las palabras tal y como el niño las pronuncia:
esta actitud ralentiza su proceso de aprendizaje. En caso de errores de pronunciación, repite nuevamente la palabra o la frase de la forma correcta, sin insistir en su error.
No emplees un lenguaje infantil cuando hables con el
pequeño, utilizando términos como “guau-guau”, para referirse a un perro, o “chicha”, en vez de carne. Tampoco recurras a simpli caciones, como “la manita”, en lugar de “dame la manita”. Esta actitud puede resultar contraproducente porque al niño le costará más apropiarse de las palabras correctas.
No te dirijas al niño en tercera persona. No digas, por
ejemplo, “Lucas se ha comido toda la papilla”, porque,
de este modo, le costará más aprender a usar los pronombres personales, sobre todo, “yo” y “tú”.
No regañes a tu hijo, aunque repita siempre los mismos
errores, ni te burles de su forma de hablar. Lo único que conseguirás es que se sienta humillado y pierda las ganas de comunicarse.
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