Page 23 - Mi bebé y yo 339 - Marzo 2021
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Aparte de los fármacos, ¿qué otras medidas debemos adoptar para ayudar a bajar la  ebre?
• Es importante ofrecer agua al niño de forma frecuente, sin forzarle, para que esté bien hidratado.
Es normal que no tenga
apetito; no le obligues a comer.
• Se recomienda quitar al niño algo
de ropa y que
la temperatura
ambiental sea
agradable. No le
abrigues en exceso.
• Mientras dure la
 ebre, el niño debe estar tranquilo y descansar. No debe ir
al colegio ni a la escuela infantil.
• Hay que vigilar los signos
de empeoramiento clínico.
¿Cómo actuar si el niño presenta una convulsión febril?
Uno de los principales motivos de preocupación de los padres ante la  ebre es la aparición
de convulsiones febriles.
• La convulsión se produce como respuesta del cerebro ante el aumento brusco de la temperatura corporal en algunos niños sanos entre los seis meses y los cinco años de edad. Cualquier infección banal (catarro, gastroenteritis, amigdalitis...) que curse con  ebre puede provocar una convulsión febril. Se trata de un episodio relativamente frecuente, ya que
el 3-5% de los niños lo padecen. La mayoría suceden el primer día de  ebre y no se relacionan con “cuánto sube la  ebre”, sino con “cómo de rápido sube”.
• Durante las convulsiones febriles, el niño pierde bruscamente la conciencia, el cuerpo se pone rígido y empieza a realizar movimientos anormales de extremidades
y tronco (tipo sacudidas),
o se queda completamente  ácido. Es frecuente que la boca esté cerrada con fuerza y la mirada, perdida. Suelen durar poco tiempo,
8generalmente, menos de cinco minutos. Tras el episodio, el niño
se muestra soñoliento y confuso, hasta que poco a poco se recupera.
a desaparecer con la edad. En la mayoría de las ocasiones, no se requiere realizar ningún estudio ni se precisa ningún tratamiento especial. • Ante una convulsión febril,
se recomienda colocar al niño tumbado de lado, lejos de objetos con los que pueda golpearse,
y mantener la calma, ya que normalmente cede sola. No se aconseja introducir nada en la boca, y tampoco es necesario sacudir, detener los movimientos ni realizar respiración arti cial.
• Es recomendable acudir a un centro sanitario para que el niño sea valorado por un médico, sobre todo si es el primer episodio. También es preciso consultar en caso de que la convulsión se repita, si se prolonga más allá de 5-10 minutos, si sucede después de 24 horas del inicio de la  ebre o si el pequeño no recupera su estado general pasados unos minutos.
Mibebeyyo #23#
• Las convulsiones febriles tienen un buen pronóstico y no dejan secuelas. Aunque pueden repetirse en diferentes episodios febriles (uno de cada tres niños volverá
a tener otra convulsión), tienden
• Tradicionalmente, se acostumbraba a bañar al niño
en agua fría para tratar de disminuir la  ebre. Actualmente, esta medida no se recomienda, ya que no se ha demostrado
que el control de la  ebre sea mayor ni conseguimos disminuir el malestar; al contrario, lo que conseguimos es aumentar su disconfort. En todo caso, si al niño le apetece, se le puede dar un bañito con agua tibia, y siempre que el pequeño esté cómodo.
• Tampoco se aconsejan otras medidas físicas, como las friegas de compresas con alcohol o de agua fría por ese mismo motivo.
¿Cuáles son los errores más comunes a la hora de tratar la  ebre?


































































































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