Page 40 - MIB 353 MARZO-ABRIL 2023
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¿CUÁLES SON LAS SEÑALES DE ALARMA?
La infección de orina en niños menores de dos años se puede presentar de diferentes formas, pero sus síntomas son mucho más inespecíficos que los que suelen tener los adultos. Entre estos síntomas, están: • Febrícula.
• Irritabilidad.
• Rechazo de tomas.
• Alteraciones digestivas, como vómitos o diarrea.
• En otras ocasiones,
los signos más frecuentes se traducen en la aparición de fiebre y afectación del estado general del bebé. En los niños más mayores, los síntomas pueden ser los mismos que en los adultos.
¿EN QUÉ CONSISTE SU TRATAMIENTO?
• En bebés, en especial, en menores de tres meses, la infección de orina es motivo de ingreso hospitalario para administrar antibióticos por vía intravenosa y poder monitorizar la respuesta al tratamiento. Tras la mejora de los síntomas, y si no hay complicaciones, con el resultado disponible del antibiograma, el tratamiento antibiótico se puede completar de forma oral en casa.
• La recuperación de los niños con infección de orina se produce habitualmente en los primeros 3-5 días después del inicio del tratamiento antibiótico.
No obstante, los padres deben asegurarse de cumplir la pauta completa de tratamiento, hasta un total de 7 o 14 días, según indique el pediatra, que evalúa cada caso de forma individual, teniendo en cuenta las características del niño
y sus circunstancias concretas.
Especial atención si se repite con frecuencia
En caso de infecciones de orina de repetición en lactantes pequeños, se debe sospechar la posibilidad de malformación del aparato urinario, en concreto, de reflujo vesicoureteral. El diagnóstico de esta afección se realizará mediante una prueba específica, denominada cistografía, que se solicitará desde consultas externas especializadas, como son nefrología o urología pediátricas.
¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR?
• Para evitar infecciones
de orina, es importante mantener una buena higiene genital, lo que implica el cambio frecuente de pañales y limpiar siempre a la niña
o al niño de delante hacia atrás, con el fin de no arrastrar bacterias del ano hacia
la zona de los genitales.
• Por otro lado, las infecciones urinarias son menos frecuentes en bebés y niños que mantienen la lactancia materna, porque se benefician de las defensas que aportan las madres
a través de la leche.
 ¿Cuándo hablamos de cistitis?
Cuando la infección de orina se localiza en la vejiga, se denomina cistitis.
La cistitis en bebés es difícil de diagnosticar. Esta infección se suele presentar sin fiebre y los bebés con cistitis suelen tener problemas al orinar. Un signo de alarma puede ser que lloren más de lo normal y que los pañales están menos mojados de lo habitual, ya que les cuesta más hacer pipí. Otro síntoma propio de la cistitis es el escozor al orinar y es más frecuente en niños mayores.
 









































































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