Page 52 - MIB 353 MARZO-ABRIL 2023
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Alimentación de la futura mamá:
¿qué cambia con el embarazo gemelar?
Durante el embarazo, tendemos a cuidarnos más,
pero ¿qué hay que hacer si estamos esperando dos bebés? Pues prácticamente lo mismo que si fuera uno. No obstante, los requerimientos nutricionales serán mayores.
• Hay que elegir una dieta lo más saludable posible, según las circunstancias de la madre, y, sobre todo, nutritiva. Esta dieta debe incluir proteínas y grasas de calidad, como las Omega 3, que pueden disminuir la inflamación relacionada con el parto prematuro, y que se encuentran en alimentos como el aguacate, el pescado azul o el aceite de oliva virgen extra. En cambio,
es preciso reducir lo máximo posible el consumo de productos ultra procesados y azucarados: no aportan ningún beneficio nutricional e incrementan el azúcar en sangre, suponiendo
un esfuerzo extra para el páncreas (entre otras cosas).
• Por lo que respecta a los suplementos, en principio, serán los mismos que para un embarazo único. Y en cuanto al ejercicio físico, no es necesario guardar reposo si el embarazo es saludable.
• Por lo que respecta a la madre, existe
un mayor riesgo de hipertensión, diabetes, hemorragia, edemas, dolor lumbar, aumento de peso excesivo o mayor probabilidad
de cesárea, entre otras complicaciones.
Por todo esto, en un embarazo gemelar, es fundamental realizar un seguimiento médico específico y más frecuente, que consiste en controles médicos mensuales, quincenales
o semanales, así como en un mayor número de ecografías para comprobar el correcto desarrollo de los bebés. Además, es importante contar con un hospital que disponga de servicio de reanimación neonatal a la hora del parto.
¿QUÉ TIPOS DE GEMELOS
EXISTEN?
Cuando nos referimos en términos médicos a embarazo gemelar, estamos hablando de dos bebés, pero existen diferentes tipos, que van a determinar la frecuencia de los controles
o el tipo de parto. Según el tipo de embarazo gemelar, los clasificamos en:
BICIGÓTICOS: son dos bebés distintos, cada uno formado a partir de un ovocito
y un espermatozoide diferente, lo que habitualmente se llaman mellizos. Pueden ser del mismo sexo o no, pero son genéticamente distintos. Cada uno tiene su placenta y está
en su bolsa amniótica. Representan entre
el 70-75% de las gestaciones gemelares. MONOCIGÓTICOS: los bebés parten del mismo ovocito y espermatozoide, pero luego el embrión se divide. Se dan entre el 20-25% de los embarazos gemelares. Dependiendo
de cuándo se realice esa división, pueden ser: - Bicoriales-biamnióticos: dos placentas y dos bolsas distintas. La división se da muy pronto, antes de los cuatro días posteriores a la fecundación. Dentro de los monocigóticos, suponen un tercio de ellos.
- Monocoriales-biamnióticos: hay dos sacos amnióticos separados, pero una sola placenta. Suponen, prácticamente, dos tercios de los embarazos que parten del mismo ovocito
y espermatozoide.
- Monocoriales-monoamnióticos: se da cuando los bebés comparten la placenta
y el saco amniótico. Es el caso menos habitual de todos y el de mayor riesgo.
• La frecuencia de los controles ecográficos dependerá mucho de cómo estén madre
e hijos y del tipo de embarazo gemelar.
Los monocoriales (una sola placenta) requieren de un control más exhaustivo, ya que, al tener circulación compartida, hay que vigilar que la perfusión de la placenta hacia los dos bebés sea similar y les permita crecer adecuadamente. Cuando esto no ocurre y uno de los bebés no recibe suficiente flujo sanguíneo, hablamos de síndrome de transfusión feto-fetal. Actualmente, la atención sanitaria de calidad y el avance tecnológico en las ecografías permite detectarlo en fases tempranas y realizar un seguimiento para disminuir el riesgo.
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