Page 33 - Mi bebé y yo 350 Septiembre-Octubre 2022
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y el tratamiento preventivo, dirigido a conseguir una calidad de piel lo más normal posible, menos predispuesta a la aparición
de las lesiones eccematosas y al picor, que
es causa de complicaciones por el rascado (impétigo).
Nunca debe faltar una información correcta y exhaustiva de la enfermedad y de su evolución habitual.
• La familia debe saber que se trata de una afección crónica, que no se cura, pero que mejorará con la edad y con un tratamiento correcto, tanto curativo como preventivo.
• El tratamiento de las lesiones de la dermatitis atópica va dirigido a reducir
los síntomas (prurito cutáneo y eccema), disminuir la inflamación, prevenir las exacerbaciones y reducir al máximo los riesgos del tratamiento (un corticoide tópico usado con mucha frecuencia puede ocasionar atrofia cutánea). Resulta complicado lograr un control total de los síntomas.
• Los dos pilares fundamentales en el tratamiento son la hidratación adecuada
de la piel y el uso de corticoides tópicos, siempre por indicación médica, del pediatra
o del dermatólogo pediátrico, quien, en casos más graves o recalcitrantes, dispone de
otros medios, como los vendajes húmedos,
la fototerapia de banda ancha, corticoides sistémicos (por vía oral), entre otros.
• El fracaso de los tratamientos, así como
el empeoramiento de la sintomatología, obligaría a la profundización en las pruebas complementarias, que son de tipo alergológico.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Sobre esta base, se plantean una serie de medidas preventivas, muy dignas de tener en cuenta, y que, en general, resultan fáciles de poner en práctica:
• Para la higiene diaria (o a días alternos),
se debe preferir siempre una ducha rápida antes que el baño con el niño sumergido.
La temperatura del agua debe estar entre
32 y 36 oC (templada, tirando más bien a fría). • Usar jabón únicamente en zonas concretas, en lugar de extenderlo por todo el cuerpo.
Si el jabón se usa de esta manera, no suelen
ser necesarios productos especiales,
sino, simplemente, jabones neutros,
de calidad.
• Usar diariamente cremas, lociones o leches emolientes, que se aplicarán sobre la piel mojada, antes de salir de la ducha, dando tiempo a que la piel la absorba antes de secar por presión, no frotando.
• Es útil la aplicación de cremas protectoras (“barrera”) antes de sumergirse en una piscina.
• Asimismo, se deben evitar los reservorios de polvo en la vivienda y ventilar las estancias de manera habitual.
Estas medidas no deben considerarse como un tratamiento curativo del eccema atópico, sino como una prevención que busca mantener la piel del niño en las mejores condiciones posibles, con el fin de evitar
o hacer más leves los brotes de eccema.
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