Page 10 - Mi bebé y yo 333 - Junio 2020.indd
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                 #embarazoyniños
Estamos ante una emergencia que ha puesto nuestras vidas patas arriba,
y nos ha llenado de dudas
y ansiedad. La primera de nuestras preocupaciones
es si es verdaderamente posible protegerse del contagio en
un país en el que los decretos
y las ordenanzas han restringido la libertad de movimientos y prescrito el distanciamiento social como medida extrema para contener la propagación de la infección. También nos preguntamos cómo se organizan los hospitales para garantizar cuidados seguros a las futuras mamás y a sus pequeños.
En este sentido, nuestros expertos nos aclaran cuál es el impacto del nuevo virus, todavía desconocido en parte, en la salud de las embarazadas y los niños.
Gracias a sus conocimientos, hemos establecido algunas cuestiones esperanzadoras.
Las desgranamos a continuación.
1EN LA BARRIGA, EL BEBÉ ESTÁ MÁS PROTEGIDO Basándonos en los datos recabados hasta el momento en diferentes países afectados por el Covid-19, no se ha comprobado la transmisión vertical de la infección de la madre al feto. A nivel mundial, la literatura médica
aún no ha documentado casos de transmisión del virus al feto
en madres positivas durante el embarazo.
Sin embargo, un reciente estudio chino, publicado en Jama Pediatrics y basado en 33 recién nacidos de madres positivas de Covid-19 en Wuhan, concluye que la posibilidad de transmisión no se puede excluir, aunque sea sin consecuencias relevantes.
De los 33 bebés recién nacidos, tres de ellos presentaron síntomas precoces de la infección, confirmada con test orofaríngeos y rectales. De todos modos, se trató de síntomas leves (excepto en el caso de un recién nacido con dificultad respiratoria, achacada, no obstante, a su nacimiento prematuro, y no al virus), y los pronósticos fueron favorables en todos los casos, puesto que los respectivos test resultaron negativos en los 6-7 primeros días de vida. En consecuencia, si bien hasta ahora las muestras de líquido amniótico, sangre de cordón umbilical
y leche materna no
tienen trazas del virus,
sigue siendo
fundamental controlar
a las embarazadas,
implementar medidas
de control de la infección
y monitorizar a los bebés de riesgo.
Asimismo, los datos recogidos hasta ahora indican que, en el embarazo, el síndrome respiratorio suele ser menos grave. Tan solo un aumento significativo de la temperatura materna (más de 39 oC) podría interferir en el bienestar fetal.
Este problema, que, por otro lado, es común a cualquier patología infecciosa, solo se podría dar
en el caso del coronavirus si provocase un síndrome pulmonar importante, que es improbable en el embarazo.
Si la futura mamá es sintomática y resulta positiva, basta con seguir el protocolo asistencial, con un atento control de la temperatura materna, por el bien del bebé. Y no es necesaria una monitorización específica
del feto en este caso.
Durante
el embarazo, los síntomas respiratorios del coronavirus no suelen ser graves. Además, no existe evidencia científica de que la infección se pueda transmitir al feto, por lo que, en este sentido, las futuras mamás pueden estar más tranquilas
2 LAS EMBARAZADAS ESTÁN MÁS “PROTEGIDAS”
DE LAS FORMAS GRAVES
De las cifras aportadas por la OMS y las autoridades sanitarias chinas, se desprende que la incidencia del coronavirus en
el embarazo es inferior a la de
la gripe común. A día de hoy, el mensaje es que las embarazadas que sufren complicaciones relacionadas con la infección
son muy pocas. Por supuesto,
el embarazo es un período delicado para las enfermedades respiratorias, a causa de la compresión ejercida por el útero
sobre los pulmones. Por esta razón, las
futuras mamás con síntomas deben permanecer
en observación hospitalaria
para evitar posibles complicaciones.
De todos modos, ni el embarazo ni el parto parecen agravar el curso
de los síntomas o el cuadro de una posible neumonía
provocada por el nuevo virus.
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  #10# Mibebeyyo
EN EL EMBARAZO,
SOLO HAY QUE SEGUIR
LAS RECOMENDACIONES GENERALES
Las embarazadas sanas
deben atenerse a las mismas recomendaciones de prevención de la población general. Es decir: tener una correcta higiene de las manos, aplicar el distanciamiento interpersonal de dos metros y evitar el contacto con personas enfermas, o sospechosas de estarlo. El lavado de las manos debe ser frecuente y cuidadoso, con gel hidroalcohólico o con agua y jabón, pero, en este último
















































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