Page 41 - Mi bebé y yo 344 - Octubre/Noviembre 2021
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                   UNA GUÍA PRÁCTICA PARA CUIDAR LA HIGIENE DENTRO Y FUERA DEL HOGAR, Y EVITAR, ASÍ, INFECCIONES Y OTROS PROBLEMAS.
UNA COCINA LIBRE
DE BACTERIAS
La cocina es la zona en la que se preparan los alimentos y en la que, algunas veces, damos de comer al pequeño.
• Por ello, se debe prestar una especial atención a su limpieza, especialmente en los siguientes puntos críticos: las superficies
de apoyo o las tablas donde se cortan alimentos, para evitar que las posibles bacterias patógenas (presentes, por ejemplo, en la carne cruda, la verdura sin lavar o las cáscaras de huevo) contaminen
los alimentos, con el consiguiente riesgo de infecciones alimentarias; el fregadero, que puede albergar más de un millón de bacterias por centímetro cuadrado; el interior
de la nevera, especialmente contaminado debido a las bacterias que provienen de los alimentos crudos; y los estropajos y trapos
de cocina, que pueden llegar a acumular más carga microbiana que el inodoro.
MÁXIMO CUIDADO CON EL SUELO
Las bacterias potencialmente patógenas que proliferan en nuestras casas son las responsables de infecciones gastrointestinales, como la Escherichia coli, la Salmonella y el Campylobacter. Éstas se encuentran en el suelo,
y pueden provocar trastornos en los pequeños, que gatean por todas partes, tocan objetos y superficies, y se llevan las manos a la boca.
• Para controlar su difusión, se debe limpiar el suelo con frecuencia.
En primer lugar, hay que eliminar mecánicamente los restos de comida
y otros residuos utilizando una aspiradora o una escoba a vapor.
A continuación, hay que lavar el suelo con agua caliente y un desinfectante adecuado, que limpie en profundidad, de forma segura y saludable.
Un dato curioso: las bacterias solo necesitan diez segundos para colonizar un alimento que se ha caído al suelo.
LA LIMPIEZA DEL BAÑO
El baño es el sitio que utilizamos para la higiene diaria de la familia y, además, es el espacio donde se ubica el inodoro y, por lo tanto,
es utilizado a menudo por los papás. Por este motivo, debe desinfectarse en profundidad, eliminando los gérmenes de las superficies
y evitando la formación de moho.
• Se debe prestar especial atención a los rincones preferidos por los gérmenes (grifos, azulejos, bañera, etc.), así como al inodoro, que puede contener cal y óxido, y provocar malos olores: los expertos recomiendan
su desinfección exhaustiva cada 1-2 días.
Ojo con los cepillos de dientes: son un foco importante de microbios. El vaso donde se colocan debería desinfectarse una vez a la semana, como mínimo.
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