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                         QUÉ PARTES COMPONEN LA SILLA DE PASEO
CHASIS. Suele estar fabricado con tubos
de aluminio, ligero y resistente, y con material plástico en los puntos de unión. Puede
ser cromado o barnizado con sustancias atóxicas y resistentes a la acción de los agentes atmosféricos.
MANILLAR. En muchos modelos, es dirigible o regulable en altura, lo que permite adaptarse a la estatura de la persona
que la lleva.
ASIENTO. Ha de ser amplio y cómodo,
y ofrecer un buen soporte para la espalda
del pequeño. Debe disponer de arnés de cinco puntos de ajuste para asegurar al niño en la silla. Algunos modelos están equipados con asiento reversible, para poder llevar al bebé de cara a los papás o mirando a la calle.
RESPALDO. La mayoría de los modelos dispone de un respaldo reclinable en múltiples posiciones, aunque existen algunas sillas, para los niños más mayorcitos, que son fijas.
BARRA DE SEGURIDAD DELANTERA. Debe estar acolchada para que el niño se sienta cómodo y esté seguro. En muchos modelos, se puede retirar para colocar al niño más fácilmente en el asiento.
REPOSAPIÉS. Suelen regularse de forma independiente del asiento, para favorecer una posición activa o de descanso.
CAPOTA. Protege al pequeño del sol y el viento. La mayoría son extensibles y cuentan con visera y una pequeña ventana para poder vigilar al niño.
CESTA PORTAOBJETOS. Suele estar situada en la parte de abajo de la silla, y es muy práctica para llevar los objetos del niño
y aligerar la carga.
RUEDAS. Pueden ser fijas o giratorias, y están provistas de freno para poder bloquear la silla.
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 LO QUE HAY QUE COMPROBAR
A la hora de adquirirla, es importante tener en cuenta sus dimensiones, tanto plegada como desplegada, así como las necesidades y el estilo de vida de la familia. Además:
1. Debe ser segura y estable. Para comprobarlo, se debe reclinar el respaldo todo lo que se pueda, ejercer presión con la palma de la mano hacia abajo, a la altura en la que
se situaría la cabeza del niño, y asegurarse de que las ruedas delanteras no se elevan.
2. El chasis se debe poder abrir y cerrar fácilmente.
Para impedir su cierre accidental, la silla debe estar provista de un dispositivo de bloqueo de doble seguridad.
3. El asiento tiene que estar bien tensado y no tocar la estructura metálica en ningún punto.
4.
La silla debe disponer de un arnés de cinco puntos,
que se ajuste de manera óptima al cuerpo del niño,
y que se pueda abrochar y desabrochar fácilmente. El arnés debe utilizarse siempre que el niño esté en la silla.
5. Los frenos deben bloquear la silla perfectamente, y se deben poder accionar y desactivar fácil y rápidamente.
Foto: Chicco
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