Page 18 - Mi bebé yo 347 Marzo-Abril 2022
P. 18
UP
#quéhaceryquénohacer
Ofrecer al niño (sin obligarle) muchos líquidos, en pequeños
sorbos y con frecuencia, para evitar la deshidratación.
Si el pequeño solo toma leche materna, no necesita nada más.
Es muy importante que el organismo pueda dispersar
la acumulación de calor. Por ello, hay que dejar al niño ligero de ropa, con las piernas y los brazos descubiertos.
Airear la habitación en la que el niño se encuentra y utilizar
un humidi cador en frío, con el n de aliviar la irritación
de las vías respiratorias, que, a menudo, acompaña a la ebre.
Si la temperatura del niño no supera los 38 oC, no hay que
hacer nada, en espera de la visita o de los consejos del pediatra. Si supera los 38 oC y el niño se encuentra mal, hay que administrarle un fármaco antitérmico prescrito por el pediatra.
Si la temperatura está en torno a los 40 oC, se puede
humedecer la piel del niño con agua templada (nunca fría) para favorecer la dispersión del calor y, por tanto, el descenso de la temperatura.
FIEBRE EN EL NIÑO
No hay que tapar excesivamente al pequeño. Si lo hacemos,
se corre el riesgo de que la temperatura corporal se eleve todavía más.
No mojarle con una esponja empapada en agua fría.
Es preferible aplicarle agua templada, si el pequeño lo agradece.
No le hagas friegas con alcohol o colonia, porque el niño
podría respirar el vapor de esta sustancia y absorber el alcohol a través de la piel caliente.
No administrarle antibióticos si no los ha prescrito el pediatra.
Estos medicamentos son e caces contra las bacterias, pero no contra los virus, que también causan ebre. Tampoco se le debe dar ácido acetilsalicílico, al menos, hasta los 12 años.
Nunca hay que forzar al niño a comer. Es normal que el
pequeño pierda el apetito cuando tiene ebre. El cuerpo del pequeño necesita energía para contrarrestar la infección y no para hacer la digestión.
DOWN