Page 7 - Boletín Mensual Agosto 2018
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  Caminando o en autobús, en barco o
en avión. Todo consiste en pequeñas y grandes travesías que nos llevan a un lugar en específico, pero, ¿qué pasa cuando el viaje ocurre en nuestras mentes, mientras leemos una historia, o la vemos plasmada en una película? Como cualquier ratón de biblioteca lo diría, el punto fuerte de una historia reside en su habilidad para atraer
a una audiencia, y hacer al lector, escucha
o espectador sentirse parte de la historia
en sí. Las mejores historias son en las que recordamos que son ficción sólo después de que las dejamos. Nos llevan a otros mundos, permiten que vivamos otra vida y nos piden que pensemos de formas alternativas.
Uno de los géneros que mejor realiza lo anterior es la ciencia ficción. La ciencia ficción teje hábilmente la lógica científica y la extravagancia fantástica para producir una obra multifacética, emocionante
y plausible. Su construcción se basa
en lo que ya sabemos en el campo de
la ciencia, así como en la creación de especulaciones lógicas e imaginativas sobre lo que el futuro depara. Cada elemento es cuidadosamente diseñado para hacer que la audiencia se sienta parte de las acciones, y que incluso se olvide de su propia vida, aunque sea por un momento.
Al mismo tiempo, es interesante observar la manera en que estas historias fantásticas sobre el apocalipsis, los viajes espaciales, las invasiones alienígenas, los viajes en el tiempo y el adentramiento al mundo de
los sueños, nos permiten analizar nuestra vida desde una perspectiva social, filosófica e incluso política, al señalar analogías
entre ambos mundos. Lo anterior abarca desde fenómenos como el racismo, hasta las estructuras de organización humana y las fronteras culturales. Además, la ciencia ficción nos acerca a preguntas filosóficas sobre la existencia de un dios, de nosotros mismos, y de la posibilidad de otras formas de vida.
Los autores de ciencia ficción nos permiten indagar de un modo creativo en cuestiones sobre la infinidad del universo, la linealidad y relatividad del tiempo, los avances tecnológicos, la “realidad de la realidad”, el cambio climático, la compasión humana y la creación misma del mundo. Como escribe Ray Bradbury en el epígrafe de Crónicas Marcianas: “–Es bueno renovar nuestra capacidad de asombro –dijo el filósofo–. Los viajes interplanetarios nos han devuelto a la infancia”. De manera que la ciencia ficción es una forma de despertar o de volver
a despertar nuestra curiosidad innata e infantil ante el mundo que nos rodea.
No salta a la vista de inmediato, pero, en cuanto empezamos a excavar, podemos observar el paralelismo entre la vida real
y la ciencia ficción. También es posible notar que todos estos autores tienen casi
las mismas interrogantes. Eso sí, hay que tomar en cuenta que ellos sólo presentan las preguntas; esperan que nosotros tengamos las respuestas.
  ¿Por qué leer ciencia ficción? Boletín Mensual 7 de Información

















































































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