Page 32 - LOS POEMAS DE RECARTE
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que, sin saber cómo y dónde, no ha mucho que lo perdieron. Fantasmas, duendes, espíritus, torturas del pensamiento,
fueron dueños de la noche de San Juan, noche del fuego. ¡Soledad! La indeseada, fue la dueña, fue el tormento, fue la dama afantasmada de nuestra noche del fuego. Mas, aun queda la esperanza de algún “San Juan” venidero, que en el fulgor de sus llamas se lleve a aquellos espectros, y, hechicero, en sus cenizas, dibuje un nuevo sendero. ***
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