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correspondida con una mejoría en el precio, en beneficio de los criadores.
Lo anterior tiene como respaldo un impor- tante esfuerzo de los criadores efectuado años atrás para invertir en ampliar el pie de cría, incorporando o adquiriendo nuevas yeguas y sementales de mejor calidad genética, aunado
a la aplicación de sistemas de crianza que per- miten ofrecer al mercado atletas más competiti- vos. Por otra parte, año con año vemos sumarse nuevos criadores que -aunque pequeños- en
vez de comprar, prefieren producir sus propios corredores, lo que no ha afectado los precios
de venta, dado el dinamismo de la demanda. También ha influido la penetración y acep- tación de las tecnologías reproductivas como es la inseminación y el trasplante embrionario.
En consecuencia, la Subasta Selecta antes mencionada, atrae un número creciente de cria- dores y compradores. Con un nivel de recom- pra alto (52% en 2015 y 57% en 2016), es el principal pulso del mercado equino mexicano en el sector de añales Cuarto de Milla.
El interés de participar en esta subasta, como vendedor o comprador, es la posibilidad de participar en los futuritys y derbys restringidos para los ejemplares aquí vendidos, dotados con atractivos premios que se constituyen con las cuo- tas de nominación que se pagan al momento de inscribir al potrillo a la subasta, y posteriormente con las cuotas para mantenerlo elegible. Se trata de los Futuritys México, Garañones, Subasta Selecta y el Mexican Bred Challenge Juvenile, este último instaurado en 2014 con el apoyo de la American Quarter Horse Association (AQHA). Todos cuentan con su respectivo Derby.
Tales eventos tienen como escenario el Hipódromo de Las Américas, ubicado en la Ciudad de México, lo cual plantea una prob- lemática compleja de logística y que se agudiza por ser el único hipódromo oficial en el extenso territorio mexicano que es de casi 2 millones de kilómetros cuadrados.
El potencial para realizar subastas regionales se estima importante. Tenemos como ejemplo lo que viene haciendo la Asociación Nacional
de Criadores de Caballos Cuarto de Milla (ANCCCM) que a través de su Delegación Noroeste en Hermosillo, Sonora, realiza desde 2013 la Subasta Selecta, donde concurren añales de criaderos ubicados principalmente
en los Estados de Chihuahua, Sonora, Sinaloa
y Baja California. Las cifras de ejemplares que subieron al ring son de 106 en 2013, 89 en 2014 y 94 en 2015. Su destino principal también es competir en los futuritys y derbys exclusivos para ellos, cuyo escenario es el Hipódromo
de Hermosillo, una pista sin reconocimiento oficial de la AQHA donde también se lleva a cabo el Futurity Abierto desde hace más de tres décadas, con participación predominante de dos
añeros criados en los Estados Unidos y adquiri- dos en las principales subastas de ese país.
Otro buen intento para organizar el mercado regional equino es la Subasta que desde hace tres años realiza el Hipódromo El Fresno, en Navolato, Estado de Sinaloa, que este año tuvo lugar el 21 de agosto, con una nómina de 42 añales originarios de criaderos de dicho estado, los cuales son elegibles para 4 futuritys el próximo año, con atractivas bolsas en premios.
En el análisis hay que incluir la importación de ligeros de Estados Unidos. No contamos con cifras sobre la importación de potros y potrancas provenientes de las grandes subastas de aquel país, pero es un hecho que anualmente ingresan algunos cientos de añales para correr principalmente en los futuritys parejeros
que se realizan en varios estados como son: Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas, Nuevo León, Tabasco y Chiapas, por citar los principales. Una parte minoritaria es la que llega al Hipódromo de Las Américas, debido a que los premios ofrecidos son menos atractivos que en los carriles y las reglas de participación son más estrictas.
ImporTancIa y necesIdad de conTar con más hIpódromos.
El caballo Cuarto de Milla es, sin duda, la raza predominante en México por su adap- tación a las distintas condiciones climáticas y geográficas, y por su versatilidad para utilizarlo eficazmente en cualquier actividad de trabajo y deportiva.´
Tiene presencia en todo el país, donde compite en múltiples escenarios en carreras parejeras, en los llamados carriles, pistas o tastes, bajo distintas modalidades.
Estos escenarios “no oficiales” son los que mantienen la legendaria tradición de las car- reras de caballos y son también un indicador de lo que acontece en la industria del Cuarto de Milla a nivel nacional; sin embargo, dada la informalidad en la que operan la mayoría de ellos, es difícil disponer de estadísticas confiables.
En la parte formal, México solo cuenta con el Hipódromo de Las Américas, donde se compite bajo reglas internacionales, de tal manera que los resultados que ahí se obtienen pasan a formar parte del récord de cada caballo, sus progeni- tores, criador, dueño, entrenador, jinete, etc.
Dicho hipódromo se abrió en 1943 para competencias de caballos Pura Sangre; fue
40 años después (1983) cuando incorporó el Cuarto de Milla a su programación. Durante varias décadas tuvo sus similares en Tijuana, Baja California, donde operó el Hipódromo Agua Caliente hasta 1992; el Hipódromo y Galgódromo de Ciudad Juárez, Chihuahua y, finalmente, el Hipódromo y Galgódromo de
Nuevo Laredo, Tamaulipas, mismos que fueron cerrados hace varios años.
Al contrario de la tendencia mundial, de cuatro hipódromos que existían sobrevive uno solamente, cuando -según estimaciones de
la American Horse Council Foundation- el número de hipódromos en el mundo se ha mul- tiplicado por 10 en los últimos 50 años.
Se hace referencia a estos antecedentes, porque es en los hipódromos donde se realizan los productos de la crianza y entrenamiento, es decir los caballos de carreras; donde se prueba su calidad y habilidad deportiva. Los que sobre- salen se convierten en los campeones y campeo- nas que después pasarán a la crianza para transmitir sus aptitudes a las nuevas generacio- nes, ya sea como sementales o como madres. Los hipódromos son los detonantes que hacen crecer y desarrollarse la industria del caballo de carreras en cada país, cuando existen las condi- ciones apropiadas, con efectos multiplicadores hacia distintas actividades económicas.
Prueba de ello es que en el caso de México, como en el de otros países, las subastas antes mencionadas están asociadas a los respectivos hipódromos, que actúan como enlace entre los criadores de los futuros atletas y los propietarios que, en su momento, los llevan a competir de manera organizada en sus instalaciones, en coordinación con las respectivas asociaciones.
El Hipódromo de Las Américas tiene enfr- ente un potencial impresionante para impulsar la industria hípica de carreras. En la actu- alidad, si acaso tiene un impacto en la región central del país, que se diluye por la distancia y la falta de incentivos para competir en sus instalaciones.
La propuesta es establecer una política pública que fomente la apertura y operación
de nuevas instalaciones en distintos puntos de la geografía nacional, bajo reglas claras que incentiven la inversión y así avanzar hacia la profesionalización de las carreras de caballos. No se trata de desaparecer los carriles ni las tradicionales competencias parejeras, sino de contar con nuevos escenarios debidamente regulados y seguros para todos los participantes y asistentes. México tiene capacidad para contar al menos con 6 hipódromos regionales –más el de Las Américas- que podrían ubicarse en las siguientes entidades: Chiapas, Estado
de México, Jalisco (o Aguascalientes), Sonora, Chihuahua y Nuevo León.
Algunos hipódromos podrían surgir a partir de instalaciones ya existentes, que reúnan los requisitos para su reconversión y sus propi- etarios estén dispuestos a participar. Esta es la mejor vía para mantener el auge que muestra la crianza y competencia del Cuarto de Milla en años recientes y de contribuir más a la creación de empleos que tanto requiere el país.
166 SPEEDHORSE, November 2016
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