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210 PIENSE Y HÁGASE RICO
113 Leemos la historia de la Revolución e imaginamos erróneamente que George
114 Washington fue el padre de nuestra patria, que fue él quien consiguió nuestra
115 libertad, cuando en realidad Washington sólo fue un personaje secundario, porque
116 la victoria de sus ejércitos ya estaba asegurada mucho antes de que Charles
117 Cornwallis se rindiera. Con esto no pretendo robarle a Washington la gloria que
118 tanto se merece.
119 Sino más bien se trata de prestar mayor atención al sorprendente PODER que fue
120 la verdadera causa de su victoria. Puede calificarse como una tragedia el hecho de
121 que los escritores de la historia hayan pasado completamente por alto la más
122 mínima referencia al irresistible PODER que dio nacimiento y libertad a la nación
123 destinada a fijar nuevos criterios de independencia para todos los habitantes de la
124 tierra. Digo que es una tragedia porque es el mismísimo PODER que debe utilizar
125 cada individuo para superar las dificultades de la vida y obligar a ésta a pagarle el
126 precio que exige.
127 Revisemos brevemente los acontecimientos que dieron nacimiento a este PODER.
128 La historia empieza con un incidente en Boston el 5 de marzo de 1770. Los
129 soldados británicos estaban patrullando las calles y amenazaban a los ciudadanos
130 abiertamente con su presencia. Los colonos se molestaban al ver a hombres
131 armados caminar entre ellos. Empezaron a expresar públicamente su
132 resentimiento, lanzando piedras e insultando a los soldados que marchaban hasta
133 que el oficial al mando dio la orden: "Preparen bayonetas... ¡Carguen!".
134 La batalla había empezado y dio como resultado muchas muertes y hombres
135 heridos. El incidente provocó tal resentimiento que la Asamblea Provincial
136 (compuesta de colonos prominentes) convocó una reunión con el propósito de
137 tomar medidas concretas. Dos de los miembros de esta asamblea eran John