Page 61 - Demo
P. 61

no se me ocurre algo para salir de esta situación, acabaré perdiendo el pellejo". Medio muerto de cansancio, el asno se dejó caer en la paja.
—De aquí en adelante —siguió hablando el buey— siempre voy a hacer lo que me aconsejaste, amigo asno. Fingiré que voy a dar cornadas a todo el que se arrime.
—Está bien —dijo el asno, y suspiró— pero te voy a decir lo que oí platicar al amo. Como cree que estás enfermo y ya no puedes caminar ni trabajar en el campo, te va a vender. Mañana vendrá un carnicero a comprarte para hacer carnitas y chicharrones, filetes y bistecs.
El buey, al escuchar eso, dio tremendo mugido. El asno comprendió que lo que había inventado iba a resultar en su favor. Desde ese momento estuvo seguro de que las cosas serían igual que antes.
Al día siguiente, ¿quién cree usted que se quedó descansando todo el día?”
En esta historia podemos ver que el asno por ayudar al buey salió cargando lo que no era responsabilidad de él, muchas veces los seres humanos caemos en esta trampa y por ayudar a un amigo o persona promoviendo la pereza nos toca cargar con una responsabilidad que no nos corresponde. Así que ten mucho cuidado cuando vayas a ayudar a un amigo o persona y más aun ayudándolo a evadir sus responsabilidades, porque pueden volverse tuyas, más bien anímalos a que se hagan cargo de sus responsabilidades y a que hagan las cosas con gusto y amor.
Por último el aporte sería que estén dispuestos a pagar el precio para quitar la pereza y eso se hace con disciplina cogiendo hábitos, haciendo lo que no nos gusta hacer y nos causa pereza, pero que es necesario hacerlo, la clave está en tomar una decisión y ponerle acción hasta convertirla en un hábito, siempre teniendo el equilibrio de cuerpo, mente y espíritu, para que podamos llegar hacer nuestra mejor versión, nuestro gigante interior y no caer en la mediocridad y en la vida precaria por culpa de la pereza.
60



























































































   59   60   61   62   63