Page 17 - Edicion 741 El Directorio
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Tras el incendio de una cárcel en Chile en 2010, en el cual murieron más de 80 reclusos, se vio que en los mismos pabellones convivían vendedores callejeros de películas piratas y asesinos.
Chile: Leer y escribir ayudan a re- habilitar personas, gracias a un convenio entre Gendarmería y la Dirección de Bibliotecas. En 2016 prestaron 10.996 libros. “Mi profe de literatura dice que soy vivita, porque tomo libros y leo los fina-
¿Qué países de la región considera usted que viven las situaciones carcelarias más extremas?
Donde hemos visto situaciones muy graves es en Venezuela, Co- lombia, Guatemala, Honduras, El Salvador, México y Brasil. Esos paí- ses tienen problemas muy graves, pero los demás también, y se están poniendo cada vez peor. Todos los países están enfrentán- dose con soluciones políticas cor- toplacistas de mano dura. Esa idea siempre surge porque es la ma- nera que los políticos tienen de mostrar que están luchando con- tra el crimen, que no son blandos. Pero hay que pensar a largo plazo y cómo ganar esos espacios políti- cos y sociales dentro de las prisio- nes. Donde los mismos presos puedan trabajar, puedan expre- sarse, puedan tener cierta vida hu- mana.
La sobrepoblación se vincula tam- bién con la prisión preventiva en Latinoamérica. El procesamiento de los casos puede tardar años y las cárceles se van llenando poco
zado Insight Crime y analista del Woodrow Wilson Center es nece- sario crear mejores condiciones de vida para los presos, para evi- tar que se unan a organizaciones criminales.
Latinoamérica
está encarcelada, más difícil se hace para los agentes de seguri- dad el mantenimiento del control y del orden.
de ‘rugby’, Eduardo ‘Coco’ Oderigo resolvió crear el equipo Los Espar- tanos, con reclusos de la cárcel de máxima seguridad de San Martín (Buenos Aires). Mediante los valo- res del deporte, el programa ha lo- grado bajar la reincidencia y los niveles de violencia.
la vida de los reclusos a través de la música, la creación de orquestas y coros. El Programa Académico Penitenciario es implementado en ocho cárceles del país. La partici- pación puede ser tomada en cuenta para la redención de la pena.‘Dentro de las prisiones, gru- pos poderosos gobiernan a los presos’Steven Dudley considera que los Estados han dejado vacíos de poder en las cárceles que son llenados por criminales. Para el co- fundador y director del Centro de Investigación de Crimen Organi-
nes dejan o no dejan el espacio para visitas son los otros presos, o que reciban o no reciban cosas desde afuera, son los otros presos. En ese mundo, donde el Estado deja un vacío de poder, este es lle- nado por los criminales.
a poco de personas que no han sido condenadas. En promedio, 33,4% de los reclusos de la región están en prisión preventiva. Fondevila, académico del Centro de Investigación y Docencia de México y quien se ha dedicado a estudiar en la última década las cárceles latinoamericanas, ase- gura que se dejan de lado tres ob- jetivos fundamentales de las cárceles: ser instrumento de di- suasión para aquellos que consi- deran cometer delitos; ser herramienta de incapacitación y reducción de delitos y ser centro de rehabilitación y reinserción so- cial.
les”, escribió la reclusa Ana Bascur en ‘Tus cárceles, nuestros relatos’, escrito por presos.
Colombia: En el Meta existe la co- lonia agrícola de Acacías, donde los internos realizan trabajo agrí- cola para cumplir con su reinser- ción. En julio pasado, gracias al éxito del plan, el Ministerio de Jus- ticia firmó un convenio para cons- truir una nueva colonia agrícola en Yarumal, Antioquia.
¿Las cárceles en Latinoamérica podrían ser capaces de disminuir la crisis de seguridad?
No de la manera como están, pues a la larga generan más inse- guridad. Los presos entran en
El experto afirma que se deben encender las alarmas: las cárceles de Latinoamérica no pueden tener como única finalidad castigar a quien cometió algún crimen.
Puerto Rico: Reclusos condenados por delitos no violentos, vincula- dos a uso y abuso de alcohol y sus- tancias controladas, pueden acceder a la iniciativa Drug Court. Según esta, se puede cumplir la sentencia participando y finali- zando los tratamientos que el preso necesita. Así limpia su histo- rial criminal.
Hay que pensar en programas de prevención, creando los mismos espacios sociales para los jóvenes, abriendo más espacios de entre- namiento para el trabajo, espacios de educación, pensar en las penas alternativas y programas de reha- bilitación. Pero también educar a la población para aceptar a los ex- carcelados. Si no, los programas de rehabilitación no servirán para nada.
“Del fondo de mi corazón: si tu- viera que cumplir una condena en alguna de nuestras cárceles, yo preferiría morir”, dijo una vez el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo.
¿Serán escuelas del crimen los pe- nales en México?
PROYECTOS DE REINSERCIÓN Argentina: Abogado y exjugador
Venezuela: Se busca transformar
741 Del 20 al 26 de octubre del 2017
El Directorio Comercial Latino de Montreal 17
El Salvador: Desde 2014, se puso en marcha el programa ‘Yo Cam- bio’, que integra educación, reli- gión, deporte, salud, trabajo penitenciario, arte y cultura. Así se preparan para la vida en libertad. Hoy, 80 % de la población penal participa, logra acortar su pena y ganan dinero.
El problema es que las prisiones son el último eslabón de la cadena de justicia, entonces nadie presta atención a lo que pasa dentro. Y fuera de ellas las instituciones no responden ni siquiera a las necesi- dades mínimas de los presos, para poder tener una vida digna. Ni ha- blar de la corrupción que hay. Todo eso genera un espacio polí- tico, un espacio social donde gru- pos poderosos y grupos criminales poderosos pueden utilizar esa falta de atención, esa falta de ne- cesidades básicas, para acumular poder. Eso es lo que posibilita que grupos más fuertes, como los de Brasil, nazcan, crezcan y trabajen desde la cárcel. Eso se ve cada vez más en otros países: grupos crimi- nales que llenan los vacíos que deja el Estado. Entonces quienes ‘gobiernan’ a los presos son otros presos. Quienes alimentan a los presos son los otros presos, quie-
Dejar de criminalizar algunos deli- tos que ahora están considerados en los códigos penales. Por ejem- plo, el consumo de ciertas sustan- cias es un problema de salud, no debería ser un problema criminal en muchos casos.
contacto con criminales más orga- nizados y en instituciones cada vez más debilitadas. Un espacio que se convierte en una escuela de cri- minalidad, donde hay unos Ph. D. del crimen que son poderosos dentro y fuera de las cárceles.
Finalmente, ¿qué opciones existen además de las cárceles para luchar contra la crisis de seguridad regio- nal?


































































































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