Page 10 - Manual Periodistas
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No solo es el contacto cercano con víctimas lo que vulnera la integridad física y mental de las y los periodistas; de acuerdo a diversos estudios y opiniones por parte de asociaciones y organizaciones nacionales e internacionales, este gremio en el desarrollo de su labor profesional pueden sufrir agresiones, amenazas, intimidación, censura, detenciones arbitrarias, secuestro, desapariciones forzadas, y homicidio; lo más lamentable, coinciden muchos informes, es que en la mayoría de estas agresiones está involucrada alguna autoridad gubernamental, en los tres niveles de gobierno (federal, estatal o municipal) e inclusive servidore/as públicos de los organismos responsables de la seguridad o impartición de justicia.Todos los niveles del periodismo se encuentran en riesgo; reportero/as, editore/as, fotógrafo/as, locutore/as, bloguero/as, entre otros, pero particularmente las y los reporteros que trabajan de manera independiente, ya que no cuentan con la protección o apoyo institucional de las agencias noticiosas, y con frecuencia ni de compañero/as del gremio con quienes generar medidas de protección; los/as periodistas que se desempeñan de manera “freelance” por si fuera poco, suelen trabajar en zonas de alto riesgo, lo que los/as expone a un peligro permanente; las y los periodistas enviados de manera temporal por los medios nacionales o internacionales, corren menor riesgo (aun cuando no están exentos/as) que sus colegas que viven y ejercen su profesión en las zonas de conficto de manera cotidiana. Las y los periodistas no sólo deben cuidar su propia integridad sino también la de sus seres queridos, y eso complica aún más su condición de vida. En este sentido, la familia representa para ello/as una responsabilidad y uno de los aspectos más vulnerables, lo cual aprovechan quienes desean “taparles la boca” y amedrentarles; y entonces, es común que las propias familias reciban amenazas o incluso agresiones directas, y eso obstaculice o detenga su ejercicio profesional.Con infortunio se observa que muchos/as de estos/as profesionales que se desplazan de manera forzada, se ven obligado/as a salir de su comunidad, abandonando a sus familias para apartarlas del riesgo, y viven las agresiones de manera solitaria, se quedan sin trabajo, sin recursos y sin sus seres queridos. En muchas ocasiones los mecanismos de apoyo