Page 3 - MONTT LATIN AMERICAN MAGAZINE, ENERO 2019 (Español)
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-Editorial-
No se trata de un problema ideológico, ni de la derecha ni de la izquierda; la situación es mucho más compleja e irreversible. Se trata del advenimiento de lo que los expertos denominan como la Cuarta Revolución Industrial, una transformación impresionante, distinta de todo lo que el ser humano haya experimentado en el pasado, que ya está penetrando y permeando a las sociedades de los países más desarrollados del mundo y que, de a poco, llega a nuestra región.
Así como a finales del siglo XVII la “aplicación asesina” —es decir, el elemento que reemplazó total a parcialmente un sistema o servicio tradicional (el celular versus el teléfono fijo; el Uber versus el taxi; la TV por cable, versus la TV pública)— fue la máquina de vapor, hoy día lo están siendo los robots integrados.
La primera Revolución Industrial hizo que la Humanidad pasara de la producción manual a la mecanizada; la segunda trajo la electricidad y la manufactura en masa; la tercera permitió la llegada de la electrónica y tecnologías de la información y la última consistirá en llevar la producción industrial a una total independencia de la mano de obra humana, gracias a la digitalización, la robótica, la inteligencia artificial, el big data, la nanotecnología y la computación que, en conjunto, serán los nuevos protagonistas del futuro. Así, gracias a la automatización se agregarán a la economía mundial alrededor de 14 billones de dólares en los próximos 15 años.
Si bien esta Cuarta Revolución inyectará mucha riqueza a diferentes sociedades, terminará con el 10 por ciento de la fuerza laboral mundial en una década, según los expertos. Un estudio del Banco de Inglaterra en 2015 pronosticó que para 2035 Estados Unidos y el Reino Unido podrían llegar a perder 80 millones y 15 millones de empleos, respectivamente, porque hay una distancia significativa entre las habilidades que poseen en la actualidad los
De la Máquina a Vapor a los Robots Integrados
“Mucha de la institucionalidad laboral que conocemos quedará muy pronto obsoleta; elementos como los seguros de desempleo, el salario mínimo, los mecanismos de negociación colectiva, la protección social asociada al puesto de trabajo, tendrán que desaparecer y ser sustituidos por otros conceptos, sin que medie ninguna revolución ideológica ni partidista. El responsable será sólo el inesperado cambio tecnológico”.
Presidente de Montt Group, Santiago Montt
trabajadores y las que requerirán en los próximos años. Muchos tendrán que re-capacitarse, reinventarse; otros simplemente, rendirse y abandonar. No cabe ninguna duda de que el mercado laboral está cambiando y nada volverá a ser como antes. En este contexto lo peor serán las rigideces, algo que hasta hace poco abundaba en Latinoamérica, en un mal entendido intento de “proteger” a la masa laboral. Sólo la modernización, la flexibilidad de las estructuras, de los acuerdos laborales y de las relaciones entre empleados y empleadores rendirán fruto. Mucha de la institucionalidad laboral, como la conocemos hasta ahora, algo estática e inflexible, quedará obsoleta y elementos que en su momento fueron importantes como los seguros de desempleo, el salario mínimo, los mecanismos de negociación colectiva, la protección social asociada al puesto de trabajo, las abultadas indemnizaciones por años de servicio tendrán que desaparecer y ser sustituidos por otros conceptos, sin que medie ninguna revolución ideológica ni partidista. El único responsable será el inesperado cambio tecnológico. Nada detendrá el desarrollo, ni las huelgas, ni las nuevas regulaciones, ni siquiera las poderosas castas sindicales. El futuro pertenecerá a quienes se adapten, sean capaces de enfrentar riesgos y de adentrarse en tierra desconocida, de lo contrario la desigualdad , en vez de disminuir, aumentará entre la fuerza laboral, las organizaciones y los países. Más que continuar con el interminable debate sobre si corresponde o no flexibilizar las disposiciones laborales, mientras quede tiempo, tanto el sector público como el privado deberían mirar hacia adelante, aunar fuerzas para organizar proposiciones concretas de inclusión tecnológica, algo que verdaderamente ayudará a los trabajadores de nuestra región y a las futuras generaciones.
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Montt Latin American Magazine p3


































































































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