Page 13 - MONTT LATIN AMERICAN MAGAZINE, AGOSTO 2021 (Español)
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las precipitaciones anuales en la Región. •Los huracanes alcanzaron una intensidad de categoría 4 y tocaron tierra en la misma Región en rápida sucesión.
•La vida marina, los ecosistemas de litoral y las comunidades humanas que dependen de ellos, en particular en los pequeños Estados insulares en desarrollo, se enfrentan a las crecientes amenazas derivadas de la acidi cación de los océanos, el aumento de nivel del mar, el calentamiento del agua y una mayor intensidad y frecuencia de las tormentas tropicales.
“Todos estos cambios indicados en el informe son un código rojo para la Humanidad”, señaló Antonio Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, ONU, que aseguró que la viabilidad de nuestras sociedades depende de la actuación de gobiernos, empresas y ciudadanos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados. “Las alarmas son ensordecedoras y la evidencia es irrefutable: las emisiones de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles y la deforestación están as xiando nuestro planeta y poniendo a miles de millones de personas en riesgo inmediato. El calentamiento global está afectando a todas las regiones de la Tierra, y muchos de los cambios se vuelven irreversibles”, a rmó. Por su parte, Alok Sharma, presidente de la decisiva Cumbre Mundial del Clima que tendrá lugar el próximo noviembre en Glasgow (COP26), expresó que “la próxima década es decisiva”. “La ciencia es clara, los impactos de la crisis climática pueden verse en todo el mundo y si no actuamos ahora, seguiremos viendo cómo los peores efectos impactan en las vidas y los hábitats naturales”.
La situación hoy es muy grave, al punto de que una de las investigadoras del informe, Carolina Vera, sostiene que muchos cambios motivados por las emisiones pasadas ya serán “irreversibles durante siglos o milenios”, especialmente los que afectan a los océanos y las capas de hielo. Lo peor es que: “Van a continuar durante cientos o miles de años, pero se pueden ralentizar si se reducen las emisiones”. Se espera, por ejemplo, que el nivel del mar siga aumentando durante este siglo. Entre 1901 y 2018, el incremento fue de unos 20 centímetros. Y, tomando como referencia el nivel del período comprendido entre 1995 y 2014, para 2100 la subida podría ser de 40 centímetros en el escenario de emisiones más optimista; en el más pesimista se duplicaría, hasta superar los 80 centímetros. Esto contribuirá con “inundaciones costeras más frecuentes y graves en las zonas bajas y la erosión” de la costa. “Los eventos extremos relacionados con el nivel del mar
que antes ocurrían una vez cada 100 años podrían tener lugar cada año a  nales de este siglo”, explica.
Incendios y Sequías
En torno a uno de los puntos importantes del informe sobre incremento de temperaturas y sequías, de acuerdo con los expertos, gran parte de la responsabilidad cae sobre Brasil, que permitió la deforestación en más del 30 por ciento de las Amazonas, una región que ahora, por lo mismo, emite hasta 10 veces más carbono de lo que le corresponde, lo cual impide las lluvias en toda la Región. Por ejemplo, la tala ilegal de árboles en la selva tropical alcanzó en 2020 el récord de los últimos 12 años con la pérdida de 11 mil kilómetros cuadrados, un 9,5 por ciento más que el año anterior.
Así, Brasil, la principal economía latinoamericana, sufre y genera con su comportamiento ecológico la peor sequía en todo el subcontinente en casi un siglo. A nivel local la fuerte caída del suministro de agua a las plantas hidroeléctricas está afectando duramente la generación de energía eléctrica, elevando los precios a niveles nunca vistos en el pasado y causando grave daño en las economías familiares. El problema para los analistas es que Brasil exporta sus efectos climáticos a todo el planeta, de manera especial a los países que viven en las cercanías.
De acuerdo con Luciana Gatti, analista del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE): “La Amazonía es nuestra seguridad climática. Es un cuerpo enorme de vegetación lanzando agua a la atmósfera y con ello ayuda a aumentar las precipitaciones y a atenuar el incremento global de temperaturas”, explica. Es por eso que la preservación de ese territorio tiene efectos mucho más allá de las fronteras de Brasil”. El agro negocio, uno de los motores más importantes de la economía de ese país, se expandió en las últimas décadas a costa de la vegetación original y ahora se ubica entre los primeros en sufrir el impacto de la sequía, al punto de que el 40 por ciento de las tierras cultivables están sufriendo ese  agelo, con alzas inusitadas en el precio de los alimentos y el fantasma del hambre rodeando a varias poblaciones humanas. Así y todo, hace unas pocas semanas, la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía de la Cámara de los Diputados de ese país aprobó por 40 votos contra 21 el denominado proyecto de Ley 490/2007, considerado como el mayor ataque a la selva amazónica y a los pueblos originarios jamás hecho, ya que si la selva tropical desaparece será imposible controlar el sobrecalentamiento global. En los dos
primeros años del Gobierno de Bolsonaro, la deforestación de la Amazonía aumentó casi un 48 por ciento en las áreas protegidas. Por esa razón, la inversión internacional en Brasil cae en picada: ni siquiera el capitalista más acérrimo quiere que se le identi que con el colapso de la vida en la Tierra, advierten los adversarios de esta ley. Financistas internacionales critican que el Gobierno brasileño debilitó las inspecciones en terreno para evitar el abuso del territorio; estimuló la invasión de las tierras públicas —incluso las formalmente protegidas por la ley— e incentivó a los depredadores, madereros y mineros a literalmente saquear la zona. De aprobarse en su totalidad el proyecto en el Senado, derogará totalmente los derechos indígenas y permitirá legalmente la explotación predatoria de la selva amazónica y otros biomas.
Pero no es el único problema de Brasil: el país perdió la sexta parte de sus áreas cubiertas de agua dulce en tres décadas, un indicador que para los expertos demuestra que la principal reserva hídrica del mundo “se está secando”, especialmente Pantanal, un gigantesco humedal, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y considerado como uno de los ecosistemas más ricos del mundo en biodiversidad de  ora y fauna, compartido por Brasil, Bolivia y Paraguay, de 250 mil kilómetros cuadrados de extensión, donde un 60 por ciento está en territorio brasileño.
El bioma registró su mayor extensión de aguas super ciales en 1988 (2 millones de hectáreas), pero en 2020 el área solo sumaba 458 mil 903, lo que supone una gigantesca reducción.La superficie de agua dulce en el humedal puede reducirse aun más si continúan la devastación de la vegetación en sus cabeceras, las prácticas agropecuarias de las regiones limítrofes y si se da luz verde para un centenar de hidroeléctricas que quieren levantarse en los ríos. Las aguas perdidas equivalen a un área del tamaño de Bélgica.
El Paraná y los Glaciares de Colombia
Brasil no es el único país con este problema. Argentina acaba de declarar “estado de emergencia hídrica” en el río Paraná, considerado la tercera reserva más grande de agua dulce del mundo, con una super cie aproximada de un millón 194 mil kilómetros cuadrados ubicado en la parte baja de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
A través del Paraná sale al mundo 80 por ciento de las exportaciones y productos agroindustriales del país, proveedor mundial clave de alimentos.
En Chile, donde se vive la peor sequía desde
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Estragos por el Cambio Climático
National Geographic, Cambio 2021


































































































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