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Las muchachas pasaban
a la Sala Mapamundi del palacio Venecia, en
que ya los informantes policiales que lo vigilaban en 1919, antes de que se convirtiera en el dictador de la Italia fascista, advertían de que era un hombre cautivador, persuasivo, seductor, «ambicioso y tenaz en sus odios y enemistades» y que podría «convertirse en un caudillo, un matón temible».
Acertaban esos informes: Benito Mussolini, el hijo de un herrero socialista que lo bautizó así en honor al revolucionario mexicano Benito Juárez, fue un tipo violento y arrogante; dueño de un enorme magnetismo; un campeón del oportunismo que cambió de bando (primero fue socialista) y de ideas (fue paci sta y después belicista). Se convirtió en un terrible dictador que se alió con Hitler en la Segunda Guerra Mundial; eliminó a sus rivales políticos; hizo una guerra brutal en Etiopía y Somalia; aprobó leyes que llevaron a los judíos italianos a la muerte...
HIJOS ILEGÍTIMOS
En su camino al poder hechizó a muchos hombres y mujeres. En
sus aventuras amorosas hay pocas excepciones. Las prefería jóvenes
y burguesas, pero en sus brazos cayeron señoras de todo tipo: socialistas, fascistas, británicas, burguesas, aristócratas... incluso una princesa gura entre sus conquistas.
La ucraniana Angélica Balabanova fue una de sus primeras novias: conoció a Mussolini cuando él era socialista, revolucionario furibundo, anticlerical y anticapitalista.
También era socialista Fernanda Oss Facchinelli. Con ella tuvo Mussolini un hijo que murió de bebé. Tuvo otro con Ida Dalser, Benito Albino, nacido en 1915, el año que se casó con Rachele Guidi, con la que ya tenía una hija, Edda.
Ida llevó mal el abandono. Mientras él se hacía un hueco
en la política, Ida lo atosigaba,
se reivindicaba como su primera esposa, pedía atención para su hijo... Ida acabó en un manicomio.
Rachele, la mujer o cial, es una gura singular. Era la hija de una viuda que se emparejó con el padre de Mussolini, también viudo. Así que Rachele era su hermanastra:
la familia desaprobaba el noviazgo. Eso fue un aliciente para Mussolini. Dicen que empuñó una pistola para convencer a su padre de consentir ese matrimonio. Lo consiguió. Y ya casado, continuó sus conquistas.
Rachele fue la legítima, la mamma de sus cinco hijos: Edda, Vittorio, Bruno, Romano (que se casó con la hermana de Sophia Loren) y Anna Maria. No fue Rachele una esposa llorosa que se compadecía en casa mientras Mussolini encadenaba
una mujer tras otra. No, Rachele era una mujer dura, que compartía ideología con su marido y que fue inmisericorde cuando condenaron a muerte a su yerno, Gian Galeazzo Ciano, por haber apoyado, en 1943, la destitución de Mussolini. Su
hija Edda decía que el verdadero dictador de la familia era ella.
Claro que Rachele supo de los amoríos de su marido, pero lo soportaba; aunque, eso sí, le exigía el cumplimiento del débito
Roma.
Al rato, entraba Benito Mussolini y, casi de
inmediato, vestido y con las botas puestas, tenía sexo con ellas sobre la alfombra o sobre la mesa. Si
eran repetidoras, entonces, como deferencia, el secretario del Duce las hacía pasar a la Sala del Zodíaco, decorada de una forma más 'romántica' que la del Mapamundi.
Todos los días llegaban chicas al palacio para acostarse con quien
fue el Presidente del Consejo de Ministros Reales de Italia desde 1922 hasta 1943 y luego Duce –guía– de la República Social Italiana hasta su ejecución, en 1945. «Eran actos de naturaleza conejil, que duraban pocos minutos, pero ellas se sentían orgullosas de haber sido tocadas por él», cuenta Rosa Montero en su libro Dictadoras.
Las mujeres de los hombres más despiadados de la Historia (Lumen).
Estas chicas habían escrito cartas de amor al Duce que se respondían con citas. Su secretario, Quinto Navarra, gestionaba el 'trá co' femenino del palacio. Mussolini fue un mujeriego irredento. Algunas fuentes cifran en 600 sus conquistas. Él mismo alardeaba
de ello diciendo que a menudo se acostaba con cuatro al día.
Explica Antonio Scurati, autor de M. El hijo del siglo (Alfaguara) –una colosal biografía novelada del Duce–
Todos los días llegaban chicas al Palacio Venecia para acostarse
con el Duce. Su secretario gestionaba
el 'trá co' femenino
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XLSEMANAL 19 DE ABRIL DE 2020