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6 MAGAZINE Cartas
...mona se queda
Desde que empezó el con namiento hemos sido testigos de demostraciones de apoyo desde los balcones que ponen los pelos de punta, policías que bailan y cantan canciones infantiles...
una unión y un sentimiento de comunidad que parecía perdido desfasado. Pero
la semana pasada tuve que salir para visitar a un familiar en el hospital y alguien me gritó desde un balcón: «Vete a tu casa». Me sorprendió y me sentí vigilada, pero creí que había sido algo aislado. Sin embargo, esta semana he asistido, con pena, a un nuevo fenómeno que surge de los balcones y que ya no me gusta: nos hemos convertido en jueces y ejecutores de nuestros vecinos, cuestionando que estén en la
calle y, a veces, increpándolos... Sí es cierto: hay personas que con un nulo sentido de la solidaridad y el deber se saltan la cuarentena, pero también hay quienes salen con motivo y no creo que necesiten justi carse ante quienes miran
por las ventanas.
La adversidad
saca lo mejor de nosotros mismos, pero también es cierto que aunque se vista de seda, la mona... OIHANA LOPEZ DE SOSOAGA. VITORIA (ÁLAVA)
Crónica del con namiento Cuando empezó
la reclusión me planteé unos objetivos a corto plazo: mantener la salud, aprovechar el tiempo, ayudar a mi entorno, disfrutar... Me propuse: cumplir el decreto de estado de alarma; relajación para resistir mentalmente; mantener la
forma física (estiramientos, bici estática); contactar telemáticamente con familiares
y amistades; organizar, ordenar y bricolaje del hogar; ensayar nuevas recetas culinarias; realizar cursos on-line masivos y abiertos; leer, oír y ver las obras deseadas pendientes; re exionar y replantearme mi proyecto de vida para después
de la crisis. Transcurridas las primeras semanas, hago balance y
el resultado me desmoraliza: he
"Me desmoraliza el resultado de cuanto me había propuesto para este tiempo: lo he perdido en las redes y me he hecho hipocon- driaco..."
perdido tiempo
en las redes sociales y en seguir compulsivamente las noticias; me he convertido en un hipocondríaco. Y estoy angustiado por tanto drama humano y preocupado por
el futuro de la economía. Espero que esta crisis acabe cuanto antes y que en el tiempo que aún estaremos enclaustrados pueda enmendarme y ser más e caz.
FERNANDO SERRANO
ECHEVERRIA. EIBAR. (GUIPÚZCOA)
Raro
Suena el despertador, como cada día: arriba, en 20 minutos trabajando, solo se oye el ventilador del ordenador. Raro: son las 8, ni un claxon, ni un
coche, ni un patín. Raro, no podemos tomar café, nadie pregunta por una calle, qué silencio más estruendoso, una vía céntrica de Madrid. Raro: tres colegios alrededor, ni un niño; tres obras mastodónticas,
ni un obrero; las mejores tiendas de la city, ni un cliente. Raro... Pero aquí estoy yo, esencial, como ayer, como
el año pasado, y el otro... Nací en esto, 64 años después me entero de que soy esencial, yo
no, mi kiosco
de prensa. Raro.
JUAN ARAÚJO FRESNEDA. MADRID
Gracias, Chequia
Al despertar hace dos domingos,
mi mujer (de nacionalidad checa) me contó que su país había enviado a Italia y España
un cargamento de 20.000 trajes para sanitarios, entre otros artículos. Solo quiero agradecer a este país su ayuda. Ha sido el primero de nuestro entorno en responder a nuestra llamada de auxilio. Lo hizo desinte- resadamente, teniendo en
cuenta, además, que ese material es también necesario
allí. Chequia, un país hace poco criticado por no seguir al pie de la letra los dictados de la Unión Europea, acusado falsamente de racismo por creer que la crisis de
los refugiados se debería resolver de otro modo, ha dado una gran lección
de europeísmo a todos. Una lección de humildad para esos otros grandes países proeuropeos que, ante la solicitud de ayuda de Italia, cerraron sus fronteras a la exportación de ciertos materiales. Una lección de humildad también para nosotros,
que, como nación, muchas veces miramos por encima del hombro a estos países mal llamados 'del Este' (la mayoría son centroeuropeos).
La UE se construye con acciones como esta y no con palabras que, ante las di cultades, se evaporan. El peso de los países no se debería medir por el PIB, la población, o los kilómetros cuadrados, sino
por el corazón de su pueblo. Eternamente gracias, Chequia.
FRANCISCO SÁNCHEZ TÉMEZ. PRAGA (CHEQUIA)
y
XLSEMANAL 19 DE ABRIL DE 2020


































































































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