Page 30 - La Chinita y Manos a la Tierra
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“Le plantaré mi aguijón en la pata”, dijo Miela. “¡Volaré a su alrededor para distraerlo!”, agregó Rose. “¡Tus botas mágicas están en la mochila!”, gritó Miela.
“No las encuentro”, respondió Katy.
Y de repente escucharon un silbido que venía desde abajo de la tierra.
“¡Chicas, aquí!”, les gritó una lombriz.
Y se metieron en el hoyo a esperar que el pájaro se marchara.
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