Page 7 - revista queer
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en el que las discográ cas se entrometen más tarde. Con un par de clics en Google y en las columnas de la crítica especializa- da, la lista de artistas queer del momento se amplía desde los nombres más hiteros hasta opciones más indies e in nitas: St. Vincent, Janelle Monaé, MUNA, MNEK, Zolita y Against Me!, entre otros.
“Realmente creamos nuestras propias oportunidades y plataformas, así que es mi trabajo llevarlo a cabo y ser una buena representación”, explicó Hayley Kiyoko luego de rmar con Atlantic Records y lanzar el videoclip “Girls Likes Girls” , que acumula más de 96 millones de visitas.
Hayley, al igual que otros artistas como Ke- hlani, no trata su orientación sexual como un dato sin importancia como ser zurdas o diestras o cuánto calzan, sino que construye su identidad artística alrededor de ese as- pecto y se hace cargo de la densidad política que puede haber en un single pop.
Todavía sigue online el video en el que Tro- ye Sivan salió del clóset como gay frente a sus suscriptores de YouTube y el posteo de Tumblr en el que Frank Ocean, en pleno fu- ror de su disco debut Orange Channel, es- cribió sobre el verano en el que se enamoró por primera vez de otro chico.
Troye Sivan, cantante australiano-sudafricano.
Por eso, no solo los nacidos en internet deciden arrancar sus carreras fuera del clóset, sino que los artistas a los que co- nocemos desde su niñez o adolescencia eligen hacer públicas sus orientaciones sexuales e incorporarlas en sus letras: Mi- ley Cyrus se reconoció pansexual y de gé- nero neutro, Demi Lovato salió del clóset como bisexual y Harry Styles coquetea con la ambigüedad sin etiquetarse.
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Si alguien piensa que se trata de una moda o de una manera de acumular clics, está equivocado. Olly Alexander, frontman de la banda de synth-pop en ascenso Year- s&Years, dejó en evidencia a la industria discográ ca al revelar que una coach me- diática le había sugerido mentir por omi- sión al ser consultado sobre su orientación sexual. Ser gay, al parecer, sigue siendo poco conveniente.
De esta manera, el pop anglosajón mains- tream puede ser un espacio contestatario recubierto de luces de colores y ritmos livianos. Si hay algo novedoso para de- cir sobre el mundo, de nitivamente está donde las minorías sexuales y raciales tengan espacio para contar sus versiones de la historia. Es por eso que los artistas queer no solo están renovando el género para un público Lgtbq+, sino para todos, al hacerse cargo de que esta melodía tonta suene a política.
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