Page 1 - Qué podemos decir acerca de los milagros modernos
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¿Qué podemos decir acerca de los «milagros» modernos?
¿Cómo trata uno con los alegados «milagros» de esta época moderna? En primer lugar,
realmente no estamos obligados a defender como divino un evento moderno simplemente
porque éste contiene ciertos elementos que son difíciles de explicar. Hay muchas ilusiones que
realizan los magos modernos que la persona promedio no puede explicar; pero tienen
explicaciones naturales. No son milagros.
Aparte de eso, hay varias posibles bases para los supuestos milagros modernos. Como ejemplo,
enfoquémonos en los supuestos sanadores de fe.
Algunos casos de sanaciones por fe son pura farsa. Considere el caso de Peter Popoff, un clérigo
hacedor de milagros de Upland, California, quien alegaba que tenía la capacidad sobrenatural
de obtener información secreta de las personas que estaban en su audiencia (además de la
capacidad de «sanarlos»), la cual en realidad recibía mediante un dispositivo de audio, siendo
transmitidos los mensajes por su esposa desde la parte de atrás del auditorio.
El prominente mago James Randi expuso todo el caso a nivel nacional por televisión (1987, 139-
181). Randi también demostró que Popoff estaba dando sillas de ruedas rentadas a gente que
podían caminar; luego, en sus servicios de adoración alegaba que los había sanado.
Algunas «curas milagrosas» son atestiguadas por personas quienes honestamente creen que
Dios los ha sanado. Sin embargo, la realidad es que orgánicamente no había nada malo en ellos.
Su mal era psicosomático. Esto significa que, aunque sí tenían alguna parte de su cuerpo
afectada, la verdadera raíz del problema era mental o emocional; por esto, a través de la
sugestión se puede efectuar una sanación.
Se ha estimado que cerca del 55% (o más) de los pacientes a los que se aplica tratamiento
médico en los Estados Unidos sufre de enfermedades psicosomáticas. De hecho, el Dr. William
S. Sandler ha escrito que:
«Generalmente, experimentados médicos creen que por lo menos dos terceras partes de los
casos ordinarios de enfermedad por los cuales se acude a los doctores para recibir tratamiento,
si se les dejara sin acción médica, se recuperarían sin la ayuda del doctor o de la medicina» (1929,
15).
Aprovechándose de este tipo de enfermedad, el sanador de fe, en una atmósfera de histeria y
fervor emocional, produce algunas “sanidades» espectaculares. Pero no hay nada milagroso en
esos casos.
Un médico en Toronto, Canadá, investigó treinta casos en los cuales Oral Roberts afirmaba que
había realizado una sanación milagrosa; éste encontró que «no había un solo caso que no
pudiera atribuirse al shock psicológico o a la histeria» (Randi 1987, 288). El Dr. Sandler afirmaba
que luego de veinticinco años de investigación en el sistema nervioso simpático en relación con
las sanaciones «de fe», no observó ni un solitario caso de que se haya sanado una enfermedad
orgánica.
Es del conocimiento común que un médico brujo en África puede ordenar literalmente que un
creyente del Vudú muera, y que, dentro del tiempo prescrito, la víctima morirá. Esto videncia el