Page 141 - Anuario 2018
P. 141
Tras un curso escolar, echamos la vista atrás y comprobamos orgullosos que, aunque muy poquito a poco, nos vamos iniciando en este nuevo proyecto que llamamos INTERIORIDAD o la capacidad de reconocerse desde dentro.
En esta sociedad donde el tiempo siempre apremia y es tan difícil pararse y escucharse a uno mismo, hemos podido saborear el minuto de silencio cada día. A algunos nos ha costado más que a otros dejar de verbalizar y callar; con música, con encargados de silencio e incluso con sonidos de animales de fondo... Cualquier recurso ha sido bueno para focalizar la atención en nuestra respiración y aislarnos del ajetreo del aula para empezar una nueva sesión de clase.
La guinda ha llegado con las sesiones de interioridad, esas que nos han hecho llorar y reír, bailar, dibujar, percibir, expresar y escribir desde el corazón, abrazar, respirar, contemplar y transformar. Todo en torno a cuatro objetivos: descubrir distintas formas de
escucharnos interiormente, fomentar la capacidad de atender a cada instante, contemplar la realidad que nos rodea desde lo más profundo de nuestro ser para, por último, percibir la VIDA con intensidad y mojarnos para transformarla.
Son palabras mayores y apenas estamos iniciando el camino, aunque nuestra andadura nos ha dejado buenos recuerdos para saborear: aquellos paseos contemplativos o los mandalas en 1o, la práctica de taichí o la contemplación del almuerzo en 2o, la luz que recorrió nuestro cuerpo o la mirada del compañero en 3o y las piedras en equilibrio o los zapatos del otro de 4o ESO, por citar algunos de tantos momentos íntimos que hemos vivido.
Es algo nuevo que todavía, en ocasiones, manejamos con torpeza y nos sobrepasa, pero que valoramos positivamente y de lo que esperamos aprender mucho más el curso que viene. Cuánto más nos conocemos, más podemos sacar de nosotros mismos en beneficio de los demás.
BUCEANDO EN EL INTERIOR