Page 49 - Te cuento y me cuentas
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ALMA DE ANIMAL
Hilario Gómez Álvarez
Cuando una persona persona tiene tiene mucha fuerza es muy sana y y además sabe curar a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a las personas seguramente se se debe a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a que tiene tiene un un un na- hual Este relato pasó hace mucho tiempo en en en en en un un un rancho llamado San José en en en en donde los que habitan son resultado de de una mezcla entre indígenas y mestizos En el rancho sucedía algo extraño por por las noches porque a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a cada familia se se le le le perdían animales Nadie sabía quién se se los robaba pero sospechaban que que que el culpable era un animal animal muy grande que que pasaba robando a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a cada vivienda Ya la la gente estaba cansada de de de los constantes hurtos y y una una noche de de de de de luna llena un un un un un señor llamado Pedro se se se dio cuenta de de de de de que que el que que se se se se se robaba los animales era un un un un coyote grande de de de de ojos brillantes y y un un un un pelaje como el el que jamás se se se había visto Don Pedro se se se asustó mucho al al ver su su su tamaño y al al día siguiente empezó a a a a a a a a a a a a a a comentar lo sucedido con la gente del lugar Don Pedro estaba platicando cuando pasó por ahí el el señor Octa- vio Álvarez
un hombre que que era era muy carismático rico y y y que que siem- pre se paraba en en en la la carretera montado en en en su caballo y y y saludando a a a a a a a a a a a a a a a a la gente Don Pedro lo invitó a a a a a a a a a a a su casa y y le comentó que que tuviera cuidado porque en en en en en esa zona se se aparecía un coyote enorme con ojos brillantes —No se se preocupe —exclamó riendo Álvarez— yo yo no no tengo mie-
do do do a a a a a a a a nada además siempre me cuido muy muy bien —Es usted muy muy muy valiente —le aseguró sirviéndole un vaso de de café Luego lo interrogó para para saber su su secreto secreto para para ser muy muy rico Don Octavio se se se se se ofreció a a a a a a a a a a a a a a mostrarle su su su su secreto secreto pero antes le le pidió que que no se se se se asustara por lo lo lo que que iba a a a a a a a a a a a a a a a ver y de de repente todo su su su cuerpo comenzó a a a a a a a a a a a a a zangolotearse con la vista ja en en en los ojos de de de don Pedro que muerto de de susto le gritó a a a a a a a a a a su su esposa:
—¡Mujer mujer mujer mujer! ¿dónde andas? ¡ven de de de prisa!
—¿Qué pasa?
—¿Ven a a a ver esto?
En ese momento don don Octavio se se se se convirtió en en en en en en un coyote grande y y y y se se se se escabulló por la ventana Al siguiente día don don Pedro se se se se enteró que que el coyote había había entrado a a a a a a a a a a a a a a robar animales en en en en en otro pueblo y y y que que l lo lo habían herido con un ri ri e e e e e e 49