Page 5 - La pequeña voiture francesa en París
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El sol iluminaba cada vez más el aparcamiento de la fábrica donde los automóviles nuevos brillaban como un campo de flores metálicas. La pequeña voiture francesa
—un pequeño automóvil francés— sacudió su chasis gris para despejar la mente de los fuertes ruidos de la fábrica: el cling-clanc-clanc de las cintas transportadoras y el golpeteo de la maquinaria pesada.
—¡Qué color gris tan aburrido tienes! —se burló el automóvil verde brillante que estaba junto a ella.
“¿Aburrida? ¿De verdad soy aburrida?”, pensó con tristeza. ¿Por qué no le habían pintado la carrocería con un aerosol de color rojo tomate o teñido la lona de la capota de un amarillo como el de los ranúnculos?
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