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TRACCIÓN
Durante su vida útil pocos han sido los trenes que no han remolcado, desde viajeros de largo recorrido a mercancías e incluso, a principios de la década de 1990, llegaron a remolcar trenes de cercanías durante un breve periodo de tiempo. Para poder adaptarse a todo tipo servicios, han sufrido diversas modifica- ciones que han dado lugar a la aparición de una amplia variedad de subseries.
SIGLO XX
A mediados de la década de 2000, la masiva apertura de líneas de alta veloci- dad, junto con la compra de trenes auto- propulsados, relegó del servicio de via- jeros a las japonesas, siendo la mayoría de ellas apartadas en diversos depósitos y algunos ejemplares de la subserie 900 fueron transformados en parejas indefor- mables para el remolque de mercancías.
Mientras tanto, Renfe Mercancías estre- naba la serie 253 con intención de sus- tituir el parque completo de locomotoras eléctricas en toda la red. Poco a poco, la mayoría de japonesas fueron relega- das a un segundo plano acelerándose su retirada por factores tan diversos como los derivados de la crisis económica, la competencia de las empresas privadas y la total entrada en servicio de las citadas nuevas locomotoras.
El final de la serie 269 parecía cerca- no pero hubo un elemento determinante que hizo que unas pocas de las veteranas japonesas aguantaran casi una década más en servicio. Este no era otro que la falta de capacidad de arrastre de las 253, menores de las esperadas en un principio, y eso hizo que Renfe se replan- teara la sustitución de las 269 para deter- minados tráficos pesados.
CIRCULACIÓN EN PAREJA
Para mejorar la fiabilidad de las japone- sas se decidió formar unas pocas parejas de locomotoras de la serie 269-0 y se man- tuvieron en servicio las tándem de las series 269-350, 269-850 y 269-950, que eran las que más capacidad de arrastre tenían.
Así, las 269 quedaron relegadas a tráficos muy puntuales, si bien es verdad que repartidos por toda la península. Las locomotoras asignadas en León se encar- garon de remolcar los trenes bobineros y carboneros entre Asturias y León, de ma- dera de Galicia a Zaragoza y el Teco de Asturias a Sevilla, con productos propios de la Central Lechera Asturiana.
Mientras tanto, las japonesas catalanas se hicieron cargo de los tráficos internos, dejándose ver de vez en cuando en los Te- cos de Barcelona a Zaragoza y Madrid. Si bien es verdad que, al contrario que en
Dos locomotoras 269-0 se encargan de dar la tracción al el siderúrgico Trasona-Vigo con cajas móviles de la extinguida empresa Raíl Sagunto. (León, 04/03/2012)
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