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La vida hoy y ayer los tiempos cambian
el NOSTRE RACÓ
El sentimiento de pertenencia prevalecía por encima de las asperezas puntuales que po- dían surgir en la convivencia.
“A la hora de ayudar, ahí es- tábamos todos colaborando en lo que le hiciera falta al vecino que sufriera algún problema”.
Acostumbrábamos a sacar sillas a la puerta de las casas para descansar un rato y conversar con los vecinos. Eso unía mu- cho. Eran costumbres simples, de compartir, conocer al otro era lo común, era el día a día, el codo a codo...
enero 2019
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Las fiestas señaladas se organizaban entre los vecinos
“Decidíamos qué hacer y organizá- bamos las actividades. No nos ve- nía hecha por ninguna ‘Comisión’, era nuestra ilusión, nuestro esfuer- zo y nuestra alegría. Las calles eran “nuestras calles”, “nuestro barrio” y “nuestro vecino”.
“El fet ha passat; queden els records” Ovidi, Fasti 4, 709