Page 37 - Revista AonHealth No21 (Enero-Marzo 2019)
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y creó la utopía deportiva al decir que el jugar al fútbol-poesía era la cosa più bella del Mondo, 13 años antes de este tratado, hubo un Premio Nobel de Literatura que fue futbolero. En 1957 fue distinguido por su obra El Extranjero, texto en el que Albert Camus describe a personajes de espíritu confuso y universos llenos de “destructivismo ético y social”. Incluso después de obtener el mayor premio de las letras, Camus no dudaba al afirmar que si volviera a nacer y le dieran a elegir entre ser escritor o futbolista, elegiría lo segundo. “Porque, después de muchos años en que el mundo le permitió diferentes experiencias,loquemássupo,a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debía al futbol”, al menos eso fue lo que el francés dijo en "Lo que le debo al futbol", uno de sus muchos relatos. Camus, además de escritor, filósofo, dramaturgo, periodista y ensayista, fue portero. Hay dos teorías distintas que explican porqué terminó debajo de las escuadras, cuando durante su niñez había sido mediocampista. Algunos aseguran que a los 17 años descubrió que era tuber- culoso, e imposibilitado para correr, se transformó en arquero. Otros dicen que no fue una enfermedad sino la pobreza la que lo empujó a cambiar de puesto: “como en el medio las zapatillas se desgastaban más y no había plata para el calzado, se abrigó bajo la portería”. Camus fue un revolucionario en la literatura del siglo XX también por eso: porque fue el primero de los intelectuales en reivindicar el futbol y hasta se atrevió a decirlo en sus escritos. Si no fuera por lo que representa la pelota, no sería lógico que un individualista tan feroz como él reconozca su fanatismo por un deporte tan popular. Murió a los 46 años, en un accidente de tránsito. Pero alcanzó a indicar cuáles eran los sitios en los que se sintió a gusto: “Los partidos del domingo en un estadio repleto de gente y el teatro”, lugares que amó con una pasión sin igual y que representaban los dos únicos sitiosenelmundoenlosquese sentía inocente. Le gustaba el juego, la prác- tica de un deporte que unía a compañeros católicos y musul- manes, los campos de tierra llenos de muchachos barnizados por el crepúsculo argelino, la pasión,elímpetu,elabrazopuro de la victoria y el poso amargo de cada derrota. El futbol, a fin de cuentas, es eso. Cuando la pelota echa a rodar, todo lo demás es accesorio. La redacción de Foodball & Plus recomienda acompañar la lectura de este inspirador texto mientras disfruta de un tradicional platillo francés. Quiche para el hombre rebelde Ingredientes Procedimiento 1. Revolver el harina, mantequilla, sal, huevo batido y poner el agua al final hasta hacer una pasta homogénea (se puede hacer en el food processor). 2. Aplanar con el rodillo y poner en el molde de tarta engrasado. Picar con un tenedor un poco la base. 3. Poner en la licuadora los huevos, la crema, harina, sal y pimienta. 4. Poner en el molde sobre la masa el queso gruyere y el jamón picado, añadir la mezcla del huevo. 5. Hornear a 180° durante 35 minutos o hasta que dore. Texto: Luz Espinosa Vía: culturacolectiva.com • • • • • • • • • • 1 1/2 tazas de harina 1/2 taza de mantequilla 1/8 de cucharadita de sal 1/2 huevo batido 1 cucharada de agua 4 huevos (para el relleno) 1 taza de crema entera (para el relleno) 1/3 de taza de harina (para el relleno) 200 gramos de queso gruyere (para el relleno) 1 taza de jamón picado, (para el relleno) 37