Page 23 - En El Patio

En El Patio...
Al mismo tiempo que se van creando nuevas ciudadanías, nuevas disparidades, nuevas distancias, nuevos factores de exclusión se agregan a los ya existentes (sin duda alguna, una de ellas es la distancia entre nativos e inmigrantes digitales).
El acceso efectivo a servicios de calidad sigue presentando más restricciones que oportuni- dades. La inseguridad ciudadana crece. La contaminación (ambiental, sónica y visual, entre otras de sus dimensiones) se vuelve incontrolable. La desconfianza y la apatía extienden sus estragos en la credibilidad (política, organizativa, institucional, técnica). El clientelismo, la co- rrupción, la impunidad y la falta de transparencia continúan fuertemente arraigados en la cultura política.
Las fuerzas del mercado acentúan la desigualdad (Piketty, 2008). La iniciativa individual y el crecimiento de la productividad no la revierten; y sobrevive más allá de las experiencias de pla- nificación económica centralizada.
En fin, un nuevo mundo globalmente interdependiente, marcado por la ruptura de fronteras y el acortamiento de la distancia geográfica, invasor y generador de más inseguridad, que exa- cerba el ritmo de la velocidad de la metamorfosis, aumenta la densidad informativa, incrementa en forma rápida la obsolescencia de las innovaciones tecnológicas, redefine en forma constan- te el espacio territorial y el tejido social y las tramas de articulaciones, provoca más fragmenta- ción y polarización, favorece privilegios de minorías, amplía brechas de iniquidades sociales y sus expresiones territoriales, expande obstáculos al acceso a recursos y agrega nuevos facto- res de exclusión.
Problemas nuevos, sin resolver los viejos y un cúmulo de tareas pendientes e inconclusas: en particular, la equidad entre género y generaciones, los impactos del cambio climático y tec- nológico, la concentración de recursos, la riqueza y las fuentes de poder.
En lo que va del siglo XXI, en América Latina y el Caribe los gobiernos han “vuelto los ojos” a la Política Social y otras políticas ampliando la cantidad y diversidad de programas dirigidos a la población en condición de pobreza, incrementando la cobertura y realizando mejoras institucio- nales en el sector público.
Países como Brasil, Chile, México y República Dominicana, para mencionar solamente algunos, durante el transcurso del siglo XXI –en comparación con su tradición histórica– tienden a mostrar un balance positivo en materia de inversión social (el tradicional concepto de gasto social), han realizado reformas del marco jurídico-institucional (aunque con ritmos distintos) y empiezan a conceder importancia a la evaluación en la gestión pública, mejorando la capacidad de atracción de un amplio rango multidisciplinar de profesionales.
¿Será que se mira mejor la redistribución de los ingresos y la riqueza y el derecho a una Vida de Calidad?
23