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                  las falsas contracciones. De este modo, evitarás angustiarte antes de tiempo.
• Una de las señales que anuncian
la inminencia del trabajo del parto
es la pérdida del tapón mucoso: una formación de consistencia gelatinosa, con estrías rosas o rojas, que se deben a la presencia de gotas de sangre provocadas por la rotura de los vasos capilares. Se trata del moco que, hasta aquel momento, cerraba el cuello del útero y que lo aislaba
del ambiente exterior. Hay que tener en cuenta que la salida del tapón mucoso no provoca dolor, por lo
que, a veces, no se percibe. También puede suceder que la pérdida del tapón se produzca una semana o diez días antes del verdadero inicio del parto; de todos modos, es mejor que la futura mamá, en el momento en que lo note, vaya al hospital para que le realicen un control.
• Al mismo tiempo, pueden aparecer dolores similares a los de la regla, localizados en la parte inferior de
la espalda.
• Las verdaderas contracciones, que anuncian de manera segura el inicio del parto, se reconocen porque tienen un ritmo especial y se suceden a intervalos de tiempo regulares,
al principio, cada 15-30 minutos; después, son más seguidas, y las pausas entre una contracción y otra son cada vez más breves.
• Una vez iniciadas, estas contracciones no se interrumpen;
el dolor, provocado por el continuo “estiramiento” de la musculatura del cuello del útero, es de una intensidad creciente y desaparece entre una contracción y otra.
Cuándo ir al hospital
Las contracciones pueden presentarse incluso una o dos semanas antes de la posible fecha del parto. De hecho, se consideran normales los embarazos que concluyen en el período comprendido entre la semana 37 y la 42 de gestación.
• Para reconocer con exactitud cuándo ha llegado el momento
de ir al hospital, es necesario que la futura mamá mida la frecuencia, así como la duración, de las contracciones.
• La frecuencia se debe controlar midiendo el intervalo entre una contracción y la siguiente, que, normalmente, al inicio del parto, se encuentra entre los 15 y los 30 minutos.
• En cambio, la duración se calcula desde el inicio hasta el final de cada contracción, que, en las primeras fases del trabajo, se alarga a 15-20 segundos. •Eselmomentodeiralaclínicao al hospital cuando las contracciones se suceden cada diez minutos
y tienen una duración de 40-50 segundos.
 ¿VERDADERAS O FALSAS?
Cómo distinguir las contracciones
Durante el embarazo, se pueden advertir contracciones uterinas, a menudo, relacionadas con los movimientos del feto. Se caracterizan porque aparecen a intervalos irregulares; en general, no son dolorosas, sino que se parecen a los calambres que se tienen durante el ciclo menstrual. Además, no están cerca las unas de las otras, y pueden cesar de repente. Es natural que las contracciones de este
tipo alarmen a la futura mamá, pero, cuando finalmente está claro que se trata de falsas contracciones, lo importante es no alarmarse y saber que éstas también tienen su función. Se trata, en efecto, de momentos preparatorios, una especie de “prueba general” para acostumbrar al útero a las contracciones, muy útiles antes del trabajo del parto. Por el contrario, al final del embarazo, las contracciones están más organizadas: al principio, son ligeras y poco regulares, y sirven para preparar el cuello del útero; después, aparecen con más frecuencia y regularidad, activando el trabajo del parto.
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